Hace unos días me invitaron a participar de un grupo de Facebook que promociona la revocatoria del actual gobernador de Loreto, las principales voces señalaban que la incapacidad demostrada frente a la pandemia y las evidentes muestras de corrupción son suficientes para solicitar, en este momento, un kit electoral para recolectar las firmas y realizar la consulta popular para la revocatoria de la “autoridad” regional.
Siendo coherente con mi posición, de priorizar las necesidades sociales en las decisiones públicas, y conforme a lo indicado en mi anterior columna, comenté en el referido grupo que ahora no es momento de impulsar esta medida –ya que seguimos vulnerables–. Ahora nos toca darnos la mano, ser empáticos y por qué no, ayudar al vecino que no tiene ingresos, a pasar la cuarentena con víveres a fin de que no salga y exponga a su familia, al barrio. Tengamos en cuenta que hoy todos somos una familia, el pensamiento individualista es lo que nos puede matar. Asimismo, precisé que el pueblo nunca debe olvidar lo que sufrimos hoy y la justicia –una vez pasada esta crisis– debe caer con todo el peso a quienes resulten responsables de las muertes que se pudieron evitar.
Lamentablemente –lo tomo así porque pensé que era una iniciativa de buena fe–, por mi publicación en dicho grupo recibí “invitaciones” a retirarme del mismo, bajo la excusa de que fue creado con la única finalidad de conseguir la revocatoria e incluso uno de los usuarios me comento muy “cordialmente”, que decir que ahora no era el momento, hacía parecer que soy de aquellos que apoyan a las AFP. No comenté más en dicho grupo y me retiré del mismo; sin embargo, necesito responder a quienes me comentaron, con argumentos, a fin evidenciar el despropósito que es perseguir la revocatoria en estos tiempos.
Iquitos y la Región Loreto en general, están pasando por una crisis sanitaria sin precedentes, es cierto que el Gobernador Regional así como las autoridades provinciales y locales, tienen mucha responsabilidad por su falta de liderazgo e inacción frente a esta crisis, por no considerar nuestra idiosincrasia, por no contar con el mapeo correcto del flujo de capital de nuestra ciudad y de nuestra región, y sobre todo por no accionar de forma rápida a sabiendas de que desde hace más de 20 años el sistema de salud pública en nuestra ciudad y región es precaria. Sin embargo, también es necesario indicar que compartimos esa responsabilidad, toda vez que nosotros los elegimos y su incapacidad debió ser advertida durante el periodo electoral, con la debida investigación y análisis de los candidatos, y no durante este lamentable periodo de crisis.
Desde el gobierno central, se estipularon medidas de prevención para evitar el contagio; sin embargo, con estos llamados a revocatoria, no se consideran dichas medidas, pues no se prevé que el Kit electoral se puede volver un Kit de contagios; asimismo, no se piensa que la consulta pública para la revocatoria puede costar millones, los que hoy necesitamos para nuestros hospitales públicos, y no se piensa quien asumiría como nuevo gobernador –que de acuerdo a la normativa electoral, es el primer candidato no elegido de la misma lista electoral del revocado y de no existir, el que ocupó el segundo lugar en las elecciones– y como dicho personaje nos ayudaría a superar esta crisis. Ello, dejando de lado el análisis de cuánto tiempo pasaría, desde el inicio del proceso de revocatoria hasta que el “nuevo” gobernador asuma su mandato –tiempo que quizá costaría muchas muertes más–.
Este escenario sería terrible y evidencia un pensamiento irracional o uno interesado solo en el poder político, toda vez que no consideran las implicancias anteriormente indicadas. En ese sentido, respondo públicamente con estas líneas, a los promotores de la revocatoria, no es posible que, si nos consideramos socialmente responsables y estamos indignados por el sufrimiento de nuestra población, impulsemos causas que puedan afectar a la misma y que evidencien una igual e incluso peor falta de responsabilidad social que la evidenciada por el gobernador regional, las autoridades provinciales y locales.
Sumado a todo ello, me resulta necesario hacer hincapié en la reflexión social, ya que como población unida podemos contribuir, apoyándonos entre todos –ya sea económica o moralmente– a superar la crisis de salud que hoy vivimos y la fuerte crisis económica que comienza a hacer estragos en nuestra población. Dejando en claro que, es cierto que las autoridades locales, provinciales y regionales tienen la responsabilidad de esta crisis –tanto las anteriores, que estuvieron algunas más de un decenio en el poder y las actuales– considerando que nuestro sistema de salud pública regional y local depende de las acertadas o equivocadas decisiones que ellos tomen y es su deber recabar la información idónea para que las políticas sociales adoptadas en esta situación especial lleguen de manera oportuna a los que más lo necesiten. Por lo que la ciudadanía ejerciendo el control social, al cual tiene derecho, debe exigir que la justicia caiga con todo su peso a quienes resulten responsables de los decesos que tanto dolor están causando a nuestra población y se pudieron evitar, luego de superada esta crisis. Ahora nos toca pensar como sociedad unida, ya que se puede lograr grandes cosas con esa actitud, una muestra de ello es la nueva planta de oxigeno que en pocos días empieza su producción.
Miguel Angel Rojas Rios
Abogado
Maestrando en Gobierno y Políticas Publicas
rojasr.miguel@pucp.edu.pe