Uno, que también tiene su lado egocéntrico, podría afirmar que las declaraciones de la gobernadora de Loreto -ojo que no estamos hablando de Rosio Torres Celis-, Carmen Núñez son la comprobación de lo que venimos sosteniendo incluso antes que Fernando Meléndez se instale en el Gorelor, es decir que está inundado de mediocridad, egoísmo, revanchismo y persecución.
Carmen Núñez, representante del Presidente de la República en Loreto, pinta de cuerpo entero no solo a Fernando Meléndez sino a su hermano, el congresista Jorge Meléndez, quienes creen que llegar a poder es para destruir y no construir. Lo curioso es que ambos ni las cosas malas las hacen bien. Según ha dicho la gobernadora de esta situación ya tiene conocimiento el propio Presidente de la República, Pedro Pablo Kuczinski. Y lo más probable es que con esto no sólo pierdan poder los hermanos aludidos -que sería lo menos lamentable- sino que la región carezca de interlocutores válidos para los proyectos importantes.
Solo recuérdese lo que hizo en la DIRESA en el primer día de gobierno FMC y los peleles ilustrados que puso a dirigir el sector y que se mantienen hasta hoy. La forma como dirige la DREL es digno de extirparlo pero creemos que ahí se mantendrán en la dirección quienes han hecho de la servidumbre una forma de vida burocrática. En la DRTC existe un despelote total con los recursos que se maneja para las carreteras, que además son abundantes. En la DREM se ha ensañado una serie de torpezas, una más irracional que otra. Y así podemos enumerar todas, absolutamente todas, las unidades ejecutoras y los organismos -PEDICP Y PEDAMALC- donde han focalizado su mediocridad. En los que no han podido hacerlo, como Electro Oriente y la Gobernación, simplemente han mandado a sus amaestrados coyunturales a lanzar estiércol con la misma terminología y desfachatez que la maldad les señala. Ahí están los buldogs de siempre ladrando miserablemente contra los funcionarios del Poder Ejecutivo que quieren ser autónomos o contra los medios y periodistas que poseen pluralidad y apego al oficio. Unas veces enviando a pobres diablos con pancartas a las calles y otras veces lanzando petardos a la vivienda de locales o, también, alquilando portadas de publicaciones eventuales a cuyos propietarios les encanta la cochinadita.
Apelando a un plural casi obligado tenemos que decir: Nosotros lo elegimos, nosotros lo sufrimos. Lo dicho por Carmen Nuñez no es broma, colegas, lectores. Es la revelación de un estilo de gobernar maligno que no se puede permitir. El gobierno no puede estar en manos de personajes inescrupulosos que usan el poder para destruir antes que construir. No vamos a pedir a quienes gobiernan junto con FMC -asesores, funcionarios y/ subalternos- que le redireccionen. Pero si podemos apelar a los que consideran que gobernar es inversamente proporcional a su gestión en el Gorel a que continúen señalando lo que en este momento se ha atrevido a hacer Carmen Núñez. Dios y la patria y Loreto nos agradecerán.