Usted ha ganado muchos galardones en la vida, ¿no le ilusionaría recibir el premio Nobel?
Mire no, yo creo que un escritor no debe pensar en el premio Nobel porque eso es malo para la prosa. Si recibe premios debe sentirse muy contento y si no los recibe, también. Yo creo que la gran satisfacción -y esto sí se descubre con los años- la gran satisfacción que un escritor recibe, la mayor, no la recibe con esas manifestaciones exteriores que a veces le halagan la vanidad, sino de una manera muy íntima cuando ese trabajo, que es una trabajo solitario, largo, que se lleva a cabo solo con sus fantasmas, cuaja en una obra que en un momento dado siente como independiente de uno. Yo creo que esa es la gran satisfacción, la gran recompensa, aquella por la cual uno sigue montado en el caballo, cabalgando, es decir escribiendo.
Publicado en BBC