El Ejecutivo declaró el reconocimiento de los pueblos indígenas remo o isconahua, mayoruna (matsés y matis) y kapanawa en situación de aislamiento, correspondientes al ámbito de la solicitud para la creación de la reserva indígena Sierra del Divisor Occidental, ubicados en los departamentos de Loreto y de Ucayali.

Mediante un decreto supremo se garantiza la protección de los derechos de los pueblos indígenas en situación de aislamiento, mediante la aplicación de los mecanismos y medidas pertinentes para su protección, los cuales serán coordinados y articulados por el Ministerio de Cultura con todos los sectores del Gobierno Nacional, gobiernos regionales y locales correspondientes.

La norma indica que se debe realizar el procedimiento de categorización de las reservas indígenas respectivas, con la dirección del Ministerio de Cultura.

El nombre del pueblo isconahua proviene del término iscon que significa ‘ave páucar’ y nahua, terminación que emplean varios pueblos cuya lengua pertenece a la familia lingüística Pano, para referirse a sus vecinos, al ‘otro’ o al ‘foráneo’.

La primera evidencia etnográfica que se tiene sobre los isconahua data de fines del siglo XVIII a través del relato de un misionero franciscano en su viaje a la misión Sarayacu, quien menciona a los ‘remos’ que habitaban la margen derecha del río Ucayali y sus tributarios.

En el año 1993, la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP) presentó ante la Dirección Regional Agraria de Ucayali la “propuesta de demarcación territorial de grupos indígenas no contactados, entre ellos el de los isconahua”. La población isconahua se estimaba en 240 personas agrupadas en 16 familias (1995).

Los primeros contactos con los mayorunas tuvieron lugar en 1621, durante una expedición de don Diego Vaca de Vega. La primera misión establecida entre ellos, San Ignacio de los Barbudos, data de 1654, la misma que fuera poco después abandonada (1686) a consecuencia de las epidemias. Cabe señalar que los mayorunas reducidos, representaron sólo una mínima parte de esta población.

Al darse término a la era del caucho, los mayorunas quedaron nuevamente en un relativo aislamiento, no obstante haberse producido algunos conflictos con los cazadores de pieles y los shiringueros.

La primera referencia a los kapanawa se relaciona con la labor de evangelización que alrededor de 1817 iniciaron los misioneros franciscanos cerca del río Ucayali. Esta misión habría fracasado debido a una epidemia que ocasionó la muerte de muchos indígenas (ILV 2006, Ribeiro y Wise 1978).

Durante la época de auge de la extracción del caucho, el pueblo kapanawa fue víctima de otros pueblos que, motivados por patrones caucheros, los capturaban con la finalidad de que trabajen como peones (ILV 2006).

Desde los inicios del siglo XX, se sabe que los kapanawa han migrado hacia Requena e Iquitos, en Loreto, y a Pucallpa, en Ucayali (Ribeiro y Wise 1978). Por otro lado, el Instituto Lingüístico de Verano (ILV 2006) ha sostenido que la llegada de trabajadores foráneos para la extracción de caucho y madera en territorio kapanawa, habría hecho que este pueblo se integre cada vez más a poblaciones mestizas.