El consultor independiente en gestión social y comunicaciones, Pablo O’Brien, abordó los conflictos sociales derivados de la explotación petrolera en la región. Destacó que, tras más de 50 años de actividad petrolera, la situación sigue siendo problemática debido a la falta de compromiso y el incumplimiento de acuerdos por parte de algunas empresas. «Es preocupante ver cómo las expectativas de la población se ven defraudadas una y otra vez, mientras las comunidades se enfrentan a conflictos sobre los beneficios y compensaciones prometidas», explicó.

Señaló que los conflictos se centran en torno a la negociación de tarifas y beneficios, en lugar de proyectos de desarrollo comunitario como infraestructura y servicios básicos. «En lugar de discutir sobre mejoras en la educación o la salud, ahora las comunidades negocian cómo deben ser las tarifas para los servicios proporcionados a las empresas petroleras», comentó. Además, advirtió sobre la aparición de nuevos términos en las negociaciones, como las tarifas para los trabajadores y servicios, que están exacerbando los conflictos en la región.

También resaltó la necesidad de una estrategia de sostenibilidad social para evitar conflictos futuros. «Es crucial que tanto las empresas petroleras como el gobierno regional trabajen en conjunto para crear un plan de desarrollo que beneficie a las comunidades y evite que el conflicto se convierta en una constante», concluyó. A medida que la actividad petrolera se reanuda, el compromiso con la sostenibilidad social y el desarrollo equitativo se vuelve más importante que nunca para garantizar una convivencia armoniosa y el progreso de la región.

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