Escribe: Jorge Martín Carrillo Rojas

Algo malo habremos hecho los iquiteños o algún pecado no absuelto estamos pagando. Solo así se entiende que en pleno siglo XXI una ciudad mal llamada “Isla bonita”, pueda adolecer de servicios básicos y fundamentales para un ser humano.

En las últimas semanas los habitantes de esta urbe, han sido testigos del maltrato del que son objetos por parte de las empresas vinculadas al servicio de energía eléctrica en la ciudad. Nos referimos a Electro Oriente y Gen Rent.

La primera de las nombradas recibe la energía que produce Gen Rent, para luego distribuirla a los domicilios. Con la llegada de Gen Rent, se preveía que iba a quedar en el olvido los apagones, sin embargo estos se han acentuado.

Ante este problema, el papel que viene cumpliendo Electro Oriente es el de tratar de evadir su responsabilidad, culpando del problema a Gen Rent, cuando son ellos co-responsables ante los usuarios de brindar el servicio, pues es a esta empresa a la que se paga el recibo mensualmente.

Algo que tiene que quedarles claro a los funcionarios de las empresas Electro Oriente y Gen Rent, es que a los pobladores poco les importa de quién es la responsabilidad frente al deficiente servicio que brindan. Los usuarios, sobre todos aquellos que fielmente pagan por el servicio, lo mínimo que esperan es no afectarse con los intempestivos cortes de energía.

Por estas semanas ha sido el pésimo servicio de energía lo que ha generado malestar en los vivientes iquiteños, que dicho sea de paso termina por afectar a otro servicio fundamental: el agua. Es también inconcebible que una ciudad rodeada de agua tenga un servicio a cuenta gota. Hace algunos meses se entregó al OTTAS, que tiene a su cargo el manejo de Sedaloreto, la empresa que provee el servicio de abastecimiento de agua, poco más de 30 millones que seguro no alcanza para la problemática del servicio y menos para la compra de un generador de energía y colocar tapas, no de madera, en los buzones.

Mientras escribo esta columna se conoce dos noticias justamente relacionada con los servicios de energía eléctrica y agua potable. En el caso del servicio de energía eléctrica, el gerente general de Gen Rent asegura que uno de los cortes de servicio se produjo debido a la caída de un árbol sobre una de las líneas de transmisión. Si la culpa de los constantes corte de energía va a ser los árboles, es mejor empezar a comprar velas y lamparines, pues las líneas de transmisión están en la espesura de la selva.

Alguna explicación más racional deberían encontrar las empresas involucradas, pues leyendo la entrevista que salió ayer en este diario al especialista Héctor Soto, puede que Gen Rent esté cumpliendo con el suministro de energía, pero la sub estación de Electro Oriente, la que recibe no esté en la capacidad, o la primera de las nombradas no esté cumpliendo con un buen servicio por problemas de conexiones o de grupos electrógenos.

Y mientras no terminamos de procesar el problema de la electricidad, se comunica que hoy no habrá servicio de abastecimiento de agua. Es decir, tras cuernos palos. El pésimo servicio de agua potable data de muchos años atrás y existen expresiones como el de la exautoridad municipal hoy congresista Juan Carlos Del Águila, quien muy sonriente aseguraba que el agua iba a llegar a varios pisos. Lo real es que la gran mayoría debe usar pate para bañarse luego de juntar el agua que cae a cuenta gota.

Así de triste es la realidad de la mayoría de los que habitan la mal llamada “isla bonita”. Y lo más penoso es que ya no se puede creer en los candidatos a las alcaldías, al gobierno regional y a la presidencia del país, porque no estamos seguros que cumplan sus ofrecimientos, pues casi la mayoría parece que ya no tiene palabra.

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