Diez años atrás, Chile era testigo privilegiado del creciente poder y osadía de la izquierda en América Latina, que no paraba de ganar elecciones a lo largo y ancho de la región.
En la Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile, en noviembre de 2007, diferentes presidentes latinoamericanos criticaban a empresas multinacionales y el venezolano Hugo Chávez chocaba con el rey Juan Carlos I de España, quien le espetó el famoso «¿Por qué no te callas?«.
Es el último ejemplo de un fenómeno inverso: el retroceso de aquella «marea rosa» en la región y el avance de la centro-derecha.
El triunfo del multimillonario Sebastián Piñera el domingo, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales chilenas, es otra señal de ese giro de Sudamérica a la derecha y un nuevo revés para la izquierda.
Piñera se impuso a Alejandro Guillier, el candidato de la agrupación oficialista de centroizquierda Nueva Mayoría, con el 54,58% de los votos, una ventaja de casi 10 puntos por encima de Guillier.
En marzo reemplazará a la socialista Michelle Bachelet en la presidencia que ya ejerció entre 2010 y 2014.