El párroco Ángel López Meléndrez alertó que la maquinaria pesada empleada en la remodelación de la Plaza de Armas está causando fisuras graves en el Templo Matriz de Santa Catalina, edificación con 376 años de antigüedad en Juliaca.
Las excavadoras y volquetes generan vibraciones que agravaron una rajadura preexistente en la cúpula del templo construido desde 1649. El sacerdote explicó que «las máquinas con la fuerza que hacen sacuden el piso» y deterioran progresivamente la estructura del monumento cultural.
López Meléndrez exigió la presencia de arqueólogos para monitorear el impacto de las obras municipales. Señaló que «tiene que haber alguien que esté monitoreando», tal como ocurrió en trabajos similares realizados en el perímetro de la catedral de Puno.
El representante religioso propuso utilizar cortadoras con disco en lugar de retroexcavadoras de gran envergadura. Aseguró no oponerse al embellecimiento urbano, pero demandó que las obras se ejecuten respetando el patrimonio histórico y cumpliendo la normativa vigente.
El Instituto Nacional de Cultura realizó una constatación de daños en el templo. Un arquitecto efectuó una evaluación días atrás, aunque el párroco solicita un nuevo informe técnico para determinar el alcance de las afectaciones causadas por los trabajos en curso.
El contorno de la parroquia también está siendo afectado por la obra municipal. López Meléndrez advirtió que «el alcalde está avanzando a filo de la piedra» y pidió un plan de contingencia para evitar mayores deterioros en la edificación religiosa.
Las celebraciones religiosas continúan utilizando puertas laterales de evacuación. El párroco solicitó colaboración de los fieles para evitar aglomeraciones, especialmente en las misas de Año Nuevo y la bajada de Reyes del seis de enero.
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