[Por: Gerald Rodríguez. N].
La Ley Nº 30288 Ley que promueve el acceso de Jóvenes al Mercado Laboral y a la Protección Social, conocida como la Ley de régimen laboral juvenil o la Ley Pulpín, ha generado más que controversia, acciones de una juventud que pareciese que ha dormido mucho y que se le despertó con un baldazo de agua helada. La defensa del sistema laboral único para todos es el primer paso a la defensa del régimen laboral constitucional y el rechazo a una ley inconstitucional, separatista y discriminatoria. Es una ley de la que crea un régimen laboral especial para jóvenes de entre 18 y 24 años con el objetivo de formalizar el empleo juvenil Dicha ley se aprobó en el 11 de diciembre de 2014 con 68 votos a favor, 12 en contra y 11 abstenciones y fue promulgada el 16 de diciembre
Según el proyecto de ley, tiene por objeto mejorar y promover la contratación de jóvenes desocupados. La ley se aplica en el sector privado que incorporen por primera vez en planilla o se encuentren desocupados los jóvenes de 18 y 24 años. El régimen laboral es de carácter opcional para el empleador y aplica solo a los que no tengan infracciones en la normativa socio laboral. No es válido para los jóvenes contratados bajo el régimen laboral general que cesen después de entrada en vigencia, y vuelvan a ser contratados. Se planteó que la vigencia de la ley sea de 5 años.
El artículo 23 de la constitución dice textualmente: “Ninguna relación laboral puede limitar el ejercicio de los derechos constitucionales, ni desconocer ni rebajar la dignidad del trabajador”. Viendo desde este punto constitucional a una ley que es inconstitucional, se ve que hay mucho humo para esconder la verdadera noticia que no se quiere que se conozca más de lo que ya se conoce, como el fresco lienzo político del tráfico de influencia y los operantes del actual gobierno. Siendo inconstitucional, esta intención no va más allá de la atracción de inversiones privadas, para el desarrollo del país, sino que este telar tiene hilo político que ocultar. Además que esta ley desfavoreciera a más de un tercio del a población que se viera afectada por esta propuesta, el rebajar la dignidad de los jóvenes obreros sería visto como un acto de criminalidad laboral, además de sus dotes excluyentes y discriminatorios.
La protesta es un derecho, y el sueño ha sido molestado por las pretensiones de un gobierno que no sabe por dónde girar para ver un mejor futuro electorero. El accionar de protesta de mucho jóvenes puede ser el principio del calentamiento de una sociedad que sigue en su letargo y que los primeros en despertar fueron los chicos, que con sus gritos esperemos que hagan despertar a todo el vecindario.