Por: Moisés Panduro Coral
El anuncio del presidente electo Kuczynski, acerca de realizar la construcción de una vía que enlace Iquitos con la costa norte del país es, a mi juicio, histórico. En la segunda vuelta, yo voté viciado, no voté por él ni por la candidata fujimorista, pero debo reconocer que el flamante mandatario ha sintonizado bien con una de las grandes aspiraciones que tiene Loreto que es la conexión terrestre con el resto del país y, a través de la infraestructura nacional, con el mercado mundial.
Hay voces que se están levantando cuestionando el proyecto vial. Siento sincera la preocupación de algunos de ellos, pero hay otros que concitan mi curiosidad por su hipocresía. Son aquellos que cuando, por ejemplo, aquí se propuso una central hidroeléctrica en Mazán, en selva baja, no levantaron ni el dedo meñique para oponerse, aún sabiendo de los espeluznantes daños ambientales que se cernían sobre las poblaciones asentadas en el área, los caudales del río Napo, los bosques y los suelos, y a pesar de los más de 20 millones de soles que gastó la autoridad regional para copiar un estudio que ya existía desde el año 2002.
Atendiendo a las preocupaciones genuinas, y en el afán de contribuir a despejar dudas, a encontrar puntos de consenso entre los diferentes actores y a enriquecer la propuesta que, seguramente, el presidente Kuczynski anunciará en su discurso del 28 de julio cuando le toque asumir el mando de la nación, he perfilado cinco pautas surgidas de mis intervenciones en diferentes medios, y que –por supuesto- son susceptibles de ser mejoradas, ampliadas, modificadas o desechadas. Éstas son:
- Constituir una Autoridad Autónoma del Proyecto “Vía Iquitos-Saramiriza” que dependa directamente de la Presidencia del Consejo de Ministros, con un Directorio en el que estén representados los Ministerios de Transportes y Comunicaciones, Economía y Finanzas, del Ambiente, Agricultura, Vivienda, del Interior, de Defensa y del nuevo Ministerio de Infraestructura y Apoyo Regional, además de un representante del gobierno regional de Loreto, uno del IIAP y uno del Colegio de Ingenieros de Loreto. De esta manera se asegura un diseño del proyecto técnicamente consistente, financieramente sostenido, ambientalmente viable y armonioso con la naturaleza, la geografía y las poblaciones; e institucionalmente respetado.
- La otra alternativa sería la creación de un Proyecto Especial dentro del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, pero la práctica ha demostrado la débil institucionalidad de estos entes. Estas propuestas están en función a la modalidad de inversión que defina el Ejecutivo.
- El concepto gravitante que debe tener este proyecto es el de la “carretera verde”. Una “carretera verde” no sólo es un trazo vial, asfaltado, cunetas, puentes y alcantarillas que posibilitan el transporte, también implica: conservación de ecosistemas, garantía del flujo de energía, manejo hidrológico, beneficios netos para la sociedad, desarrollo de normas de obligatorio cumplimiento; procesos de reciclado, renovación y reutilización, y una labor educacional persistente, comprometida y de largo plazo.
- Atendiendo a lo anterior, el proyecto debe ser tratado de manera multidisciplinaria, multifuncional y multinivel, pues debe juntar variadas especialidades de las ciencias y la ingeniería, así como –ya lo hemos dicho- convocar a los sectores directamente involucrados con los componentes, resultados e impactos del proyecto, y articular en sus diversas etapas a los niveles de gobierno nacional, regional, provincial y distrital.
- Paralelamente al proyecto debe definirse la matriz de especialización productiva regional, impulsar un plan de implementación de CITEs, de mercadeo y de industrialización sostenible de frutales nativos, plantas medicinales y alimenticias, etc.; un plan para definir nuevos escenarios turísticos, un plan de establecimiento de nuevas áreas de conservación ambiental que pueden ingresar al mercado de carbono, entre otros procesos que por falta de espacio no alcanzo a consignar en este artículo.