Ante la contaminación petrolera:

Escribe: Percy Vílchez Vela

Cuando por primera vez brotó el petróleo en el pozo de Trompeteros, casi todo el mundo creyó que se iniciaba el progreso. El tiempo pasó y la explotación de ese importante recurso, entre otras cosas, degeneró o en una serie de graves inconvenientes para los que habitaban en tantas comunidades de la selva peruana donde extraía el llamado oro negro. En momentos en que el precio del hidrocarburo ha descendido brutalmente en el mercado internacional, esas comunidades vienen protestando para defenderse de los males que trae la explotación de ese recurso.

Desde hace un tiempo moradores de comunidades indígenas amazónicas, ubicados entre los ríos Marañón, Pastaza, Tigre y Corrientes, protestan activamente contra la barbarie petrolera que afecta sus territorios. Memoriales, marchas de protesta, toma de ríos, toma de estaciones petroleras, declaraciones y otras medidas forman parte de esa gesta en defensa de sus territorios y de sus mismas vidas amenazadas. Hace 40 años nadie sospecharía que extraer del subsuelo ese recurso iba a ser tan dramático para esos habitantes de la floresta.

Durante décadas nadie hizo caso de las primeras voces que se levantaron entonces. Hoy es imposible no escuchar los clamores que vienen de las víctimas de las ganancias de algunas empresas dedicadas a explotar ese don de la naturaleza. El mismo Estado parece no entender de qué se trata y mientras promueve las inversiones petroleras, no hace nada para cumplir con sus propias promesas. No hace nada, por ejemplo, para implementar la declaratoria de Emergencia Ambiental que expidió el 30 de abril del 2014. Es decir, de la boca para afuera, da la razón a los indígenas pero se niega a realizar las medidas pertinentes.

Las empresas que explotan el petróleo, por su parte, tampoco hacen nada para cumplir con sus promesas firmadas en actas. Por ejemplo, hasta ahora, no han implementado el Plan Ambiental Complementario que indicaba remediar el daño hecho en las comunidades por la empresa Oxi. Tampoco cumplen con los acuerdos firmados con los representantes de las comunidades, lo cual enardece a los indígenas que se sienten burlados y dispuestos a seguir en esa lucha en los estertores ya del tiempo del petróleo.

Como consecuencia de la sordera del Estado y de las empresas en las cuencas de los ríos mencionados, lugares donde se sigue realizando la explotación petrolera, es frecuente el espectáculo de películas de petróleo sobre las aguas, de lagos muertos, de olor a diésel, de animales bebiendo aguas contaminadas, de tuberías arrojando crudo en ciertos tramos. En esos sitios no se puede beber el agua circundante como antes, ni se puede pescar ni cazar como en otros tiempos. A ello se suman los seres humanos que han sido afectados por la extracción de ese recurso.

La agenda de protesta indígena incluye titulación de tierras, remediación de las zonas afectadas por la contaminación, compensación por las tierras de donde se extrae el petróleo e indemnización por los daños ocasionados en las mismas cuencas. La agenda está allí, expuesta, quemante, afectando la conciencia regional y nacional. Los líderes nativos, los apus de las comunidades están dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias para acabar con los males y daños generados por la explotación petrolera. El último grito de esa protesta viene desde Nueva Jerusalén.

La aldea es una comunidad de achuares, está ubicada en el río Corrientes, se encuentra en pie de lucha desde hace 50 días y acaba de remitir un documento a la empresa Pluspetrol. En el mismo reclaman la presencia de representantes calificados del Estado para interceder entre ellos y la comunidad, y, lo más importante, es que dicen que no están dispuestos a permitir que dicha empresa siga explotando petróleo en el lote 1AB. El líder Tomás Maynas indicó que si no son atendidos realizarán acciones legales y procederán a cerrar el paso de las tuberías que atraviesan su territorio.

1 COMENTARIO

  1. APU TOMAS MAYNAS CARIAJANO, DE LA COMUNIDAD NATIVA DE NUEVA JERUZALEN, SE UNIÓ CON SU SOBRINOS NIETOS APU GILBERTO RUIZ MAYNAS, NUEVA NAZARET (KM 34 BLOQUEO DEL PTE MATASARI) Y EL APU CARLOS SANDY MAYNAS, PDTE DE LA FECONAT, QUE LOS MUEVE ES EL BENDITO DINERO NADA MAS QUE EL DINERO, UN MAL ENDÉMICO EN TODAS ESTAS COMUNIDADES, INVESTIGEN

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