Los muelles son testigo de innumerables historias; quizá muchos de los abuelos en nuestra ciudad podrían dar fe de lo que digo, sendas bienvenidas, tristes despedidas y grandes negocios. Estas viejas fotografías que acompañan este artículo, son mudos testimonios de un puerto que fue. En ellas se aprecian diferentes vistas del puerto de Iquitos a principios del siglo XX, desde la inauguración del muelle y las instalaciones portuarias, en el año 1906 la cual fue traída desde Europa concretamente de Inglaterra por la compañía “Booth & Company», Lo que marcó una etapa de prosperidad para la «Isla Bonita». Pues le daba facilidades modernas para sostener el crecimiento del comercio en la época del boom del caucho. Este muelle consistía en una gran estructura metálica tanto para la plataforma de carga y descarga como para la torre de al menos 20 Mt que sostenía dos grúas pórticas, facilitando las actividades de carga y descarga de los buques provenientes de Europa. Increíble pero este gran muelle fue el primero de la ciudad de Iquitos y permitía que esta naviera británica pudiera realizar sus operaciones con mayor seguridad y prontitud. Como referencia puedo citar que en la última década del siglo XIX, las exportaciones de caucho superaban las mil toneladas anuales, estas cifras continuaron elevándose en los años siguientes, y en el año 1910 alcanzaron las 4,500 toneladas.
El recinto portuario de esa época estaba ubicado en malecón Maldonado y la calle Raimondi, entre las calles Yavari y Loreto; con entrada por lo que hoy es la 1ra cuadra de la calle Loreto (Plaza Castilla), estas instalaciones consistían en una explanada al nivel de la calle, sostenida sobre pilotes clavados en el fondo del río, unido mediante brazos articulados a unos pontones que se extendían 160 metros. Las naves se amarraban a estos pontones que tenían una vía férrea de vía angosta sobre la cual corrían los carros capaces de transportar hasta 5 toneladas de carga. La carga era movilizada entre las bodegas de los buques, y con esos carros empleaban los aparejos de las embarcaciones que luego era elevada a la plataforma superior mediante otras plumas; el puerto funcionó en ese lugar hasta el año 1948. Tal como se observa en las viejas fotografías que acompañan este artículo, los habitantes de la «Isla Bonita» acudían al puerto a la llegada de cada buque procedente de Europa, era todo un acontecimiento social ver arribar a los nuevos inmigrantes a nuestra ciudad.
Este puerto permitía poder realizar las operaciones de carga y descarga con mayor seguridad y prontitud. Tal como se aprecian en la imagen se embarcaban productos de la región, como caucho, tablones de madera, entre otros. El muelle flotante contaba con sus respectivos pontones y estaba implementado por unas grúas para poder contrarrestar el desnivel entre el río Amazonas y la superficie elevada en casi cinco metros de tierra firme. Toda esta inversión efectuada por la naviera se debió a que el gobierno peruano aceptó concesionar el puerto de Iquitos por 25 años a la «Booth & Company», la misma que fue revertido al Estado el año de 1930. Los barcos de bandera inglesa de esta naviera se acoderaban embarcado productos de la región, como caucho, tablones de madera, para ser exportados; y traían de retorno maquinarias, herramientas de ferretería, textiles, muebles y todo tipo de productos de consumo masivo de Europa. Resulta anecdótico mencionar que durante esta época a un ciudadano de Iquitos le resultaba más barato y seguro viajar a Europa que a Lima.
Conozcamos un poco de la historia de esta Naviera : Alfred Booth, nacido en Liverpool en 1834, fijó residencia temporalmente en los Estados Unidos en 1857 y tres años más tarde se asoció en Nueva York con un americano llamado Walden en un negocio de importaciones bajo el nombre de Walden & Booth. En 1863 Walden se retiró debido a mala salud y su hermano menor Charles se unió Alfred Booth, cambiando el nombre de la empresa a Booth & Company. Unos meses después se decidió iniciar una línea de vapores de Liverpool a los puertos en el norte del Brasil, entre ellos la ciudad de Manaos, ingresando unas 1.000 millas por el Amazonas, iniciando el tráfico de correo y de pasajeros en esta Región. En 1898, se iniciaron los servicios desde Liverpool a Iquitos, Perú, ingresando unas 2.000 millas de la desembocadura del Amazonas, Alfred Booth jugó un papel decisivo en la fundación de la «Booth Iquitos Steamship Company Limited», para cuyo servicio adquirieron inicialmente el vapor HUASCAR de 960 toneladas y el BOLIVAR de 1.016 toneladas. Durante el periodo que operó esta empresa Británica uniendo nuestra ciudad con Europa utilizó más de 25 barcos diferentes.
Es menester precisar que no se debe confundir la fecha de la llegada del primer muelle por parte de la empresa Británica «Booth & Company», con la fecha del 5 de Enero de 1864, día que se celebra el aniversario de Iquitos, que se debe a la llegada del buque peruano «Próspero» remolcado por el buque «Pastaza», y que luego el 25 de Mayo del mismo año arribarían también los buques «Arica», remolcada por el «Morona». Ese hecho fue considerado el nacimiento de Nuestra «Isla Bonita» como ciudad, que hasta entonces era considerada solo como una villa; estos barcos vinieron mandados por el presidente Ramón Castilla y Marquesado, ya que traían las piezas para instalar la Factoría Naval (ubicada en el actual Malecón Tarapacá), además tenían la misión de construir un dique portuario, debido a que la ciudad se encuentra favorablemente situada entre el río Nanay y la margen izquierda del río Amazonas, convirtiéndose en punto obligado de partidas hacia otras regiones.
La implementación de este muelle convirtió a Iquitos en el principal puerto fluvial de esta parte del Perú. Poco a poco como complemento natural de la actividad fluvial, aparecieron los primeros edificios, almacenes, tiendas y diversos embarcaderos. Se formó una calle ribereña que después recibió el nombre de “Malecón Tarapacá”, en homenaje a los combatientes de la guerra con Chile. Existen relatos que refieren que además de la calzada y las veredas, el antiguo malecón contaba con una franja adicional de terreno que en determinadas partes tenía una extensión de 50 metros aproximadamente. El ornamento natural eran los árboles frutales corpulentos que a su vez dotaban al lugar de sombra que hacían placentera la permanencia de los paseantes, mientras que del barranco discurrían manantiales de aguas limpias y frescas donde el vecindario se bañaba y donde se obtenía agua para el consumo humano, obviamente en aquella época la ciudad carecía del servicio de agua potable.
En un artículo anterior describí que a partir de la década del 40 los embates de las aguas del caudaloso río Amazonas empezaron a arreciar contra esa parte de la ciudad llevándose calles enteras, inclusive se comenta que si alguna persona por desgracia caía en el puerto ya nunca más salía; esa fue una de las razones que se optaron para trasladar el puerto de la ciudad hacia la zona de su ubicación actual en el distrito de Punchana. Para enfrentar el problema erosivo, fue necesario realizar estudios técnicos, destacando entre ellos el realizado por el ingeniero Eduardo Young (1948), que concluyó que la continua erosión de la rivera Iquiteña se debía al hecho que el brazo occidental del río Amazonas paso de ser un canal secundario a principal, y como consecuencia la fuerza del caudal que pasaba por Iquitos se incrementó notablemente ocasionando los derrumbes. Y esto dio lugar, a que años después se creará la defensa de la ribera de Iquitos.