Por: Gerald Rodríguez

 

Ahora que terminé de releer “Los miserables” de Víctor Hugo, me viene a la mente esta frase: “Si nos viéramos obligados a elegir entre los bárbaros de la civilización y los civilizados de la barbarie, eligiéramos a los bárbaros”, esos mismos bárbaros que alguna vez poetizó Cavafis: “…es que hoy llegan los bárbaros…”, como la única esperanza de que esos hombres era una cierta solución a una crisis política, cultural, económica y social.  

Pero la conspiración de los otros “bárbaros”, esos imbéciles, es muchas veces demasiada atrevida. Lo es ahora el golpe que dio el Legislativo al Ejecutivo, lo es por la postergación, por el sub desarrollo y por los interés partidarios y personales. El Perú está hecho ahora a la medida de lo que siempre hemos deseado, por no elegir bien; está hecho al calco y a la copia de nuestros pensamientos y de nuestras decisiones en las urnas, porque esto siempre se vio venir desde hace doscientos años. No es un grupo minúsculo los que están en las calles protestando, pero ¿dónde está ese país que rechaza el golpe, la ilegitimidad de este gobierno, venido desde ese Congreso de la cual nos quejamos, pero que fue elegido por nosotros? ¿Dónde está ese país que ha perdido el concepto de democracia desde el momento que eligió a sus parlamentarios con problemas judiciales, la crema innata de la perversión politiquera del país? ¿Acaso el problema de siempre es no haber elegido bien, cuando sabíamos que esto iba a pasar? ¿Acaso el problema es la ilegitimidad de este nuevo gobierno, el nuevo Congreso o nosotros por haberlos elegidos? ¿Cuándo seremos un país que elija bien a sus representantes?

El Perú está hecho como está hecho este nuevo gobierno, doscientos años hecho a mala manera por una especie secreta de bandidos y bribones que se hicieron llamar políticos, líderes y que hicieron una “democracia a la mala”, una democracia a “media caña” porque todo lo que se hace en el país, inclusive la política, se hace a media, porque ni el arquitecto Fernando Belaunde fue un demócrata cuando fue a pedir a los militares levantarse y sublevarse en un golpe al gobierno de Juan Velasco. No fue el político que algunos dicen que fue. Y de ese arraigo nace esta forma de llegar al poder en manos de unos políticos que solo representan a sus intereses corruptibles, representan al subdesarrollo al atentar contra la labor de la SUNEDU, contra la independencia del Tribunal Constitucional. Ahora el congreso es un solo poder con el Ejecutivo, e irán a tomar por asalto el Ministerio Público y el Poder Judicial. Se harán indomables con el poder que ya ostentan desde sus curules al intentar fortalecer su inmunidad y salvar sus universidades denegadas. Pero este es nuestro país, donde nada está pensado para el país, nada está pensado para la industrialización o para el desarrollo educativo, nada está pensado para mejorar nuestro triste sistema de salud pública, ni para mejorar las condiciones de cada uno de los peruanos. El Perú está hecho al garrotazo por gente que se han creído con más derechos que los otros. Porque en el Perú si eres vicuña, o eres alpaca, o eres charapa, no eres más que aquellos que elegiste para que te representen. Eso te vende los medios de comunicación, porque en el Perú todo está hecho al “tinmarín…”, y aun de eso nos quejamos.

Ahora que todos están en sus zonas de confort aplaudiendo la aguerrida jornada de los chilenos por el cambio de su Constitución Política nacida en una dictadura, y estás criticando a ellos que con el impulso pasional, romántico y patriótico salen a las calles, meten puñetes de impotencia, te recuerdo que este país nació de la violencia, de muchas guerras civiles y de muchas marchas que se tumbaron gobiernos tiranos. Pues el momento no llega para cambiar algo, el momento lo construye la pasión patriótica que, en ti, los medios de comunicación basura, la mala educación, los nulos libros que lees al año, han borrado.