Policías en otro lugar

Policías en otro lugar 

La presencia de gallardos uniformados, con sus cascos y sus armas,  en el frontis del municipio de Maynas no es un buen espectáculo. La edilidad así da un mal aspecto, una denigrante sensación del regreso del país de la cachiporra y de la tunda, la perniciosa vuelta de la patria del militar golpista y corcho o del caudillo de la patada. Pero en todo caso, esos policías deberían dedicarse a otra cosa. No a cuidar a una gestión que parece que dio un zarpazo para subirse al cogollo.  Es decir, no supo  o no quiso apegarse a la legalidad para suspender en sus funciones al alcalde Charles Zevallos.

Los bravos policías deberían, por ejemplo, investigar a ese cachupín  de sicario o “mojón de mosca”  que amenaza de muerte a los que dirigen este diario. Pero si creen que los verdaderos asesinos no amenazan chateando ni enviando correos como imbéciles si no ejecutan previa cobranza por sus servicios pistoleros, entonces deberían abandonar el frontis y darse una vuelta por el perejil consistorial  e investigar, otro ejemplo, la cantidad de dinero que se ha gastado en viajecitos, en fiestitas, en nada. Y, si creen que una de las cosas mejores del ejercicio del poder es viajar a cualquier parte con plata ajena, chupar sin fondo y vacilarse sin tregua, entonces deberían investigar las razones por las cuales la ciudad es un basural.

Pero si no les gusta la baja policía o la abundancia de recicladores, podrían investigar a tantos funcionarios que parecen pertenecer a esa banda -y no de música- dirigida por el conocido empresario Alí Baba y sus cuarenta buenos muchachos.   Pero si eso también les incomoda, porque al fin y al cabo negocios son negocios, deberían por lo menos preguntarse qué cosa hace un ex funcionario del Jurado Nacional de Elecciones sirviendo a una de las facciones en pugna.  ¿O el JNE no va a decidir sobre el destino final de ese municipio que cuidan con tanto ahínco?