[HABLÓ BALEADO EN EL BRAZO TRAS ENFRENTAMIENTO EN INVASIÓN].
Los invasores provocadores del enfrentamiento continúan posesionados y mejor colocados realizaron una actividad (parrillada) para brindar el apoyo económico a la familia del joven que aún está en coma en el hospital Apoyo de Iquitos.
Luego de estar varios días en la sala de observaciones de un nosocomio local tras ser impactado por una bala que le perforó el brazo Jorge Alberto Rodríguez Vargas (27), aseguró no tener nada que ver con el episodio de violencia generado entre invasores y efectivos policiales que se enfrascaron en una batalla campal por un extenso terreno ubicado en el asentamiento humano Anita Cabrera. Según refiere el afectado – quien desempeña labores de manutención – la madrugada en el que sucedieron los hechos se encontraba bebiendo con algunos amigos en la cuadra siete de la calle Los Paucares y cuando fue a comprar más licor es que se tropezó con la turba de usurpadores por lo que trató de correr; sin embargo fue alcanzado por un proyectil en el antebrazo izquierdo para que de forma inmediata se desplome al piso.
Al parecer el enfrentamiento se focalizó a un lado del predio perteneciente a la familia Sanjurjo; sin embargo los disparos – según denunció el afectado – provino de la misma policía nacional y que una vez reducido ningún efectivo lo auxilio sino más bien fueron otras personas quienes lo llevaron al hospital César Garayar García. “Yo no tuve ni tengo nada que ver con los invasores pues yo aquí tengo mi casa donde vivo con mi madre. Mi único error fue estar en la hora y el momento equivocado pues yo no recuerdo absolutamente nada más después del balazo. Ahora estoy imposibilitado de trabajar y nadie más que mi familia ha corrido con los gastos y también me ayudaron los que buscan un terreno donde vivir pero mi rehabilitación será lenta y costosa. Yo pido justicia pues no es posible que me tiren un balazo y no exista responsable”, refirió el agraviado. De igual forma el recién dado de alta manifestó desconocer al otro muchacho que aún permanece con el proyectil en la cabeza; sin embargo aseguró que él tampoco tendría nada que ver y que de darse su fallecimiento quién se hará responsables por esa muerte.
(M. Lizarzaburu)