Crónica:

En Loreto, 23.60% de las niñas y niños menores de 5 años presentan desnutrición crónica y 60.73% de las niñas y niños entre 6 y 35 meses tienen anemia. Estas son las cifras que encontramos en las fuentes oficiales, pero ¿qué significan en realidad?

La semana pasada se me presentó la oportunidad de viajar a Loreto. La idea general del viaje era acompañar a otra persona y juntos realizar entrevistas en comunidades de la cuenca del Ucayali. El recorrido incluyó 11 comunidades, además de las ciudades de Nauta, Requena e Iquitos (donde nací y crecí). Las comunidades que visité fueron: Yana Allpa, Progreso, Nueva York, Sapuena, Jorge Chávez, Bagazán, Tibe Playa Zona I, Capitán Clavero, Puerto Sol, Yucuruchi y Libertad.

LAS CIFRAS DE LA POBREZA EN EL PERÚ

Para contextualizar el artículo quisiera comenzar con la siguiente pregunta: ¿qué sabemos de la pobreza en el Perú? El 2016 encontramos 18.65% de personas con al menos una necesidad básica insatisfecha. De ese 18.65%, 13.17% de personas vivían en el área urbana y 37.01% de personas vivían en zonas rurales.

Específicamente en la selva rural encontramos 59.77% de personas con al menos una necesidad básica insatisfecha. En Loreto, 23.60% de las niñas y niños menores de 5 años presentan desnutrición crónica y 60.73% de las niñas y niños entre 6 y 35 meses tienen anemia. Estas son las cifras que encontramos en las fuentes oficiales, pero ¿qué significan en realidad?

TRADUCIENDO LAS CIFRAS A LA REALIDAD

Estos números en realidad representan familias que no tienen acceso a agua segura. Familias que deben caminar entre 30 minutos a 1 hora para conseguir agua cuando el río está seco y que viven literalmente sobre el río cuando este está crecido. Las cifras hablan de personas que no tienen energía eléctrica en sus hogares o que tienen luz sólo hasta las 9 de la noche.

Los porcentajes muestran niñas y niños que no poseen seguridad alimentaria porque en época de creciente no hay superficie sobre la cual cultivar y el alimento es escaso. En las comunidades más pequeñas, niñas y niños deben viajar a otras comunidades para poder ir al colegio. Además, los pobladores deben viajar para poder acceder a servicios de salud.

¿CÓMO SE INTERRELACIONAN CADA UNA DE ESTAS CARENCIAS?

Las carencias antes descritas afectan la vida de la población de diferentes formas. La falta de acceso a agua segura influye en la salud de los pobladores y en el porcentaje de niñas y niños con anemia y desnutrición.

La restricción de energía eléctrica implica que los niños y niñas no puedan estudiar durante la noche y reduce la productividad de los adultos. La falta de seguridad alimentaria tiene un impacto directo en los índices de anemia y desnutrición. Por último, el tiempo invertido en viajar para acceder a salud y educación implica una barrera de acceso que no todas las familias pueden superar.

LIBERTAD: UNA COMUNIDAD DIFERENTE

Antes de terminar, quisiera destacar el caso de Libertad. En esta comunidad existen dos albergues turísticos que emplean a una parte importante de los pobladores. La actividad turística ha llevado desarrollo al pueblo.

Los albergues han contribuido con la comunidad construyendo un colegio, un tanque elevado que provee de agua al pueblo y ha permitido que cada uno de los trabajadores mejoren su condición de vida. No es la única forma de desarrollo, pero ciertamente es un caso de éxito que vale la pena mencionar.

¿QUÉ HACER?

La pregunta con la que este tipo de reflexiones suelen terminar es ¿cómo mejorar la situación de estas comunidades? Lamentablemente, el viaje me plantea más preguntas que respuestas. No tengo una respuesta definitiva sobre qué hacer.

Sin embargo, algo que me queda claro: para poder ayudar debemos conocer aquello que intentamos mejorar. De nada nos sirve plantear soluciones imaginativas para una realidad que no conocemos y, menos aún, entendemos. (Andrea Pinedo)