Pobres gentes de la TV

[Por: Gerald Rodríguez. N].

La miseria humana es tal vez uno de los temas que se envolvieron en aquellas mentes intelectuales de escritores literarios para que luego sean escritas como el máximo testimonio de las características humanas, en una atmósfera del tiempo pasado, que agobiaba los sentidos de los seres más sensibles. Pero lo que le diferencia de la ciencia de la comunicaciones es aquella realidad transformada y manipulada de la literaturas, además que es intencional y artística, que los personajes y sus lenguaje, sus sentimientos generados por aquellos factores que definen las carencias humas o fueron escritos de la realidad en su mayoría o fueron imaginados. Entonces la literatura y sus personajes decadentes y miserables, sus descripciones y el lenguaje que utiliza es parte del arte literario que marca sus fronteras de la realidad. Pero en la realidad actual, visión citadina e iquiteña, reflejada en el televisión local, deja verse como uno de los más crueles programas de opinión de seudo periodistas que dejan suelto lo más profundo de sus carencias morales y miserias, invocada por un poder que se llama política, buscando de esta manera, mediante el insulto vulgar, miserable y decadente, desprestigiar al contrincante político, que por elección popular fue elegido nuevamente presidente regional por segunda vez y que por tercera vuelve a intentarlo.

Estas pobres gentes de la televisión local, valiéndose de una señal y una hora de programa en televisión local, en su mayoría nunca pisaron una escuela de periodismo o una facultad de ciencia de la comunicación por la cual se refleja en el descarado infantilismo vulgar y descabellante al momento de referirse al candidato de Fuerza Loretana, Lic. Iván Vásquez Valera, de la peor manera: insultos de los más viles, mentadas de madre, insinuaciones sexuales recayente en la familia del candidato entre otras miserias humanas que buscan embarrar al candidato. Todo este lenguaje bárbaro y cavernícola de los señores aficionados al micro y cámaras los hacen pública en señal abierta para que los televidentes lo vean y puedan causar algún reflejo de crítica y reflexión. Pero claro que causa algo, que no causa el propósito del locutor, sino lo que causa es asco y vómito por la miseria de estos señores que ni siquiera piensan que están ayudando a contribuir a la delincuencia, el odio y las prácticas más horrendas y miserables en aquellos pobres niños y televidentes, que por casualidad prende la televisión en busca de algo distrayente y educativo. Dónde están los órganos encargados de velar y sancionar estos lenguajes alcohólicos cuando solo se ve que esta pasa por ser un mero formalismo y canto de gallo en madrugada. Esto debe parar y debe empezar por la sanción a estos perturbadores de la paz mental, haciéndoles sentir el peso de la ley. Incentivar a la reacción violenta, a las actitudes incendiarias y revoltosas no ayuda a construir una democracia sólida y una educación en valores. Mientras tengamos a estas marionetas de los demás aspirantes al sillón presidencial la democracia será una palabra de discurso en ahogamiento, porque, cuando ganen sus preferidos, si es que lo hiciesen, convivirán con el poder y se llenarán los bolsillos con la plata del pueblo. Porque ahí está el sentido de esta campaña de insultos, en la intenciones que buscan como es el enriquecimiento, la repartija, el retraso, la destrucción, el saqueo y el olvido. Iván Vásquez no salve de esta barbarie.