Desde el Instituto de Desarrollo Socioeconómico (IDS) plantearon políticas públicas para crear e incorporar transversalmente cuatro puntos para definir cambios estructurales y sociales en la región Loreto.
1.- Plantear y exigir, desde lo local, un rediseño en las intervenciones del gobierno nacional en sus políticas.
2.- Tener un gestor financiero ambiental, a razón que la renta estratégica de Loreto son sus bosques y aguas, y eso representa alrededor de US$980 mil millones.
3.- Repensar en una descentralización fiscal de mayor eficacia:
- a) Las leyes que crearon los fideicomisos (Ley 30897 y 30712) tienen que adaptarse a un modelo de desarrollo de Loreto facilitador/transformador, en sus tres líneas estratégicas: desarrollo productivo desde las bases, formación del talento juvenil y turismo rural comunitario.
- b) Restablecer la fuente de financiamiento de recursos ordinarios para inversiones, y no pensar en un FONCOR, que por su tamaño y distribución no genera garantía.
- c) Alcanzar un gobierno abierto de máxima plenitud, y así dejar que los cerca de S/ 450 millones que se van a la corrupción anualmente, se queden en la obra y en la calidad de la misma.
- d) Potenciar el valor público de la inversión y gastos (entre 10 y 15% más) se orienten en función de los objetivos estratégicos del Plan de Desarrollo Loreto al 2050.
- e) Promover una nueva redistribución y renta del canon y sobre canon petrolero, para dar oportunidad que los gobiernos locales y comunidades en el área de influencia petrolera.
- f) Ejecutar el Plan de Cierre de Brechas para Loreto.
- g) Financiar un plan de acción estratégica para intervenir con mayor aplomo, eficacia y de manera permanente a la zona de frontera y cabeceras de cuencas.
El director de la IDS, Roger F. Grández Rios enfatizó que se requieren intervenciones diferenciadas con un diseño institucional. Cada cuenca tendrá un proceso de desarrollo integrador, de complementariedad y de desafíos permanentes; y una de las cuencas donde se requiere mayor voluntad política y sapienza técnica por su alto grado de vulnerabilidad territorial, biológica, social y económica, es el damero del Pastaza, Corrientes, Tigre, Morona y Marañón.
Su intervención debe obedecer a una política regional de alcance mundial por las acciones que implica la naturaleza de sus hechos: la conservación de sus recursos biológicos y la restauración de los mismos por las malas prácticas de la industria petrolera, sobre todo y con mayor impacto, en los primeros 30 años de actividad.