Los vecinos de la urbanización San José, en el distrito 26 de octubre, viven un año de frustración debido a la lenta ejecución de la obra de agua y alcantarillado, que apenas alcanza un 30% de avance. El proyecto, que inicialmente debía concluir en seis meses, se ha convertido en un motivo de malestar vecinal y pérdidas económicas para los comerciantes de la zona.

Lentitud de la obra afecta la vida diaria

El retraso de la obra ha generado problemas de tránsito, polvo y tierra en las calles, obligando a los residentes a tomar medidas para proteger su salud. La contaminación por restos de antiguas tuberías de desagüe ha provocado molestias respiratorias en algunos vecinos, quienes han tenido que usar mascarillas para reducir los efectos del polvo.

“El proyecto debía concluir en seis meses, ahora ya tiene un año y seguimos con calles llenas de tierra. Hemos pedido al menos un camión cisterna para regar las calles, pero nunca nos dan respuesta”, señaló uno de los vecinos afectados.

Falta de personal retrasa el avance

El escaso personal de obra es otra de las causas del retraso. Mientras otros proyectos cercanos avanzan a buen ritmo, en San José apenas se observan cuatro o menos operarios, lo que frena cualquier progreso significativo.

“Aquí hay muy pocos trabajadores, por eso la obra avanza muy lentamente. En comparación con otras obras, como la de la avenida Circunvalación, que cuenta con más personal, San José está estancada”, explicó un vecino del sector.

Impacto económico en comerciantes locales

No solo los vecinos sufren las consecuencias del retraso; los comerciantes de la zona también enfrentan pérdidas económicas. Tras más de un año de ejecución, los trabajos apenas alcanzan un 30% de avance, mientras los montículos de tierra y la falta de vías transitables dificultan el acceso de clientes y vehículos, afectando la actividad comercial y paralizando negocios locales.

“Llevamos más de un año con esta obra y todavía no se termina. Han abierto las pistas por todo San José y no hay ventas porque no se puede entrar al mercado; prácticamente todo el negocio se ha visto afectado”, indicó Rigoberto, uno de los comerciantes más afectados.

Reclamo a las autoridades

Los vecinos responsabilizan al alcalde de 26 de octubre, Víctor Hugo Febres, por la falta de supervisión y avances en la obra. Piden que se aceleren los trabajos antes de que un cambio de gestión paralice definitivamente el proyecto.

“Quien debe supervisar esta obra es el alcalde. Prometió terminarla y hasta ahora nunca ha aparecido; ha dejado a gran parte del distrito olvidado”, señaló un comerciante.

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