[Centro de Arte Ecológico Yurmamana]:

 

En las inmediaciones de la estridente y contaminada Iquitos, se levanta un lugar que es un culto a la cultura ancestral amazónica, una reivindicación de la medicinal vida en el campo nuestro. En las cercanías de Manacamiri la pintora Gladys Zevallos, en años de ardua labor, viene edificando un centro cuya base es el ejercicio de la pintura vegetal. No como un rubro posible sino como el centro del arte del color y la forma, opción que no desdeña los aportes de la pintura occidental, por supuesto. Su nombre es Yurmamana y una parte de su terreno está poblado de plantas que producen tintes. Es decir, colores extraídos de la naturaleza cercana para luego ser usados en los cuadros. Esa vertiente, que viene del más remoto pasado y que tiene su mérito y su valor, es la reinvención de la plástica contemporánea en estos predios. La tecnología pictórica originaria de estos verdores es uno de los aciertos de ese lugar inolvidable. El resto es la bendición del aire con sabor a savia, el paisaje cercano con sus árboles de siempre y sus quebradas reconfortantes, el canto de tantos pájaros y la sabiduría y la generosa hospitalidad de la pintora selvática.

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