Para el individuo pueden las acciones ser más llamativas y hasta elocuentes que los discursos. En política, logra ser más fructífero identificar las malas, en su mayoría, o buenas pretensiones de un líder mediante el análisis de su comportamiento y no tanto de lo que dice a diario. Obedeciendo esa premisa, la actitud asumida por los dos principales líderes políticos peruanos –el presidente, Martín Vizcarra y la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori– resulta muy preocupante e innecesaria en tiempos de crisis generalizada. Pues ellos, en la actual coyuntura, dieron por bien priorizar su rivalidad, en vez de enfocarse a mejorar el futuro de millones de peruanos.
A lo mejor, los políticos en mención viven en un Perú donde las instituciones trabajan transparentemente, que generan confianza de un pronto desarrollo, se combate la desnutrición, la delincuencia y el bajo índice educativo haciendo del país un referente de cambio a nivel regional, al menos. Tal vez, ese es el motivo de tantos dimes y diretes.
Por un lado, el Ejecutivo tiene el interés de acelerar el camino a un referéndum que permita al gobierno conocer la opinión de la ciudadanía sobre reformas trascendentales que urgen al país. Mientras que, a Keiko le parece mucho mejor otras prioridades que pueda agendar el presidente en estos tiempos. La lideresa de la fuerza política «N° 1» en el Congreso, hizo un autogolpe a su delirante situación de aceptación ciudadana, y en lugar de hacer un mea culpa, consideró con sutileza criticar al gobierno que, ciertamente, estaba aprovechando la súbita popularidad, no para ganar consensos, sino para golpear al adversario.
Es decir, ninguno de los líderes establece un perfil balanceado que sea aceptable para una opinión pública que día a día exige cambios. Lograr aquella medida conversada y transparente es una misión o responsabilidad que está quedando grande al señor Vizcarra y a la señora Keiko. Ante un nuevo conflicto de interés, no está bien calentar y empeorar las relaciones, sino de encontrar un nuevo punto de equilibrio.