ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel
A raíz de los últimos acontecimientos se ha podido evidenciar -y en la mayoría de los casos silenciar- la tremenda y terrible pugna que existe en las municipalidades y gobierno regional entre el titular y el, digamos, suplente. En el GOREL el gobernador ha llegado a denunciar que el Vicegobernador dirige un complot en su contra y hasta recibió amenazas de muerte. Analizar esa coyuntura de enfrentamientos actuales puede llevar a mayores pugnas, inclusive fuera de las instituciones. ¿Por qué se pelean las autoridades? ¿Por qué aquellas personas que tanto lucharon por llegar al poder, ya instalados en el se pelean como enemigos?
Cuando gobernaba la provincia de Maynas José Silfo Alván del Castillo, el teniente alcalde era Jorge Chávez Sibina y ambos se enfrascaron en una pelea que obligaba a “El tigre” dejar con llave el Despacho de Alcaldía y ordenar que impidieran cualquier acercamiento de Chávez Sibina a esa oficina. ¿Se entendía eso? De alguna forma. Porque para llegar al poder provincial ambos habían formado una alianza apurada y no tenían afinidades conocidas para el desarrollo de Maynas. Uno invitado a la fuerza de Acción Popular y el otro militante del Partido Popular Cristiano llegados a la municipalidad no supieron repartirse el poder. Total, de eso se trata el poder. De saberse repartir ¿o no? Ambos se decían improperios en los medios de comunicación. Especialmente las radios. Y ambos tenían sus medios. ¿recuerdan? Uno tenía, además de los contratados por la Comuna, Amazónica de Televisión y el otro poseía indirectamente Radio Eco. Así que medios y poder siempre han estado vinculados. Las pugnas llegaron a tal punto que cada uno por su lado realizaba “conferencia de prensa”. En esas divisiones andaban cuando Silfo Alván murió intempestivamente, pocos días después de premiar a los ganadores del FICA. Con la muerte de “El tigre” Chávez Sibina asumió la Alcaldía y comenzó otras luchas.
Por esos años llegó como Presidente del Consejo Transitorio de Administración Regional de Loreto (CETAR) el ingeniero José Tomás Gonzáles Reátegui. Quien había renunciado al PPC y asumido los postulados del fujimorismo de entonces. Estamos hablando del año 1996, pues Chávez Sibina ocupó el cargo en 1992, pero fue entre 1996-98 que llegó al puesto por elección popular. Se suponía que por la formación socialcristiana de ambos las coincidencias se darían con mayor facilidad. Porque el ingeniero había traído a Iquitos a burócratas que ya habían ocupado puestos públicos en ministerios en Lima y coincidían generacionalmente con el alcalde. La cercanía ideológica provocó mayores distanciamientos y cuando ambos dejaron el cargo estaban enfrascados en peleas públicas y notorias que, estoy seguro, han perjudicado a la región. Uno llegó a ser Ministro de la Presidencia, el otro ocupó un asiento en el hemiciclo del Congreso de la República hasta en dos oportunidades, aunque por distintas agrupaciones. Así que eso del transfuguismo no es un invento reciente.
Tanto la pugna en Maynas entre Silfo Alván y Chávez Sibina como la de Tomás Gonzáles y el mismo Jorge Samuel de manera interinstitucional -ocurrida hace poco menos de 30 años- es una muestra que la mayor dificultad que ha tenido nuestra clase política es la unirse ante objetivos comunes. Algo -¿peor?- de eso observo en las diversas instituciones que tienen su sede principal en Iquitos. Nuevamente, no lo dudo, el pueblo saldrá perdiendo y los políticos saldrán a expresar sus victorias pírricas. Como si la historia se repitiera cada cierto tiempo.