No hay reunión en el campo si es que no se disfruta de un suculento pango acompañado de sus yucas y plátanos. No hay nada más reparador después de la minga de los fines de semana o luego de la dura jornada del día que ir al tambo más cercano y compartir esta comida típica. Claro que no puede faltar el shibé con su toronja.