Keiko Fujimori no quiere debatir porque cree que sus debilidades, o mejor dicho las debilidades a la gestión de su padre que para muchos es lo mismo, van a pasarle la factura y podría perjudicarla en estas encuestas que a diario cambian. Qué podrían mostrar algunos flancos que no sabría responder y que, de ahí al cinco de junio, podría crecer el descrédito y perder la elección.
No sabe medir sus propias posibilidades. Personales sobre todo para el debate. No son la excelencia ni se parecen en algo a una Evita Perón, pero de hecho que son mejores a las de PPK. Es más, con un lenguaje basado en la sumisión verbal y la victimización en un posible debate donde PPK ataque las consabidas críticas al fujimorismo, podría salir hasta beneficiada.
Es todo una hipótesis, claro. Pero mientras no accede le afecta más el hecho de no aceptar propuestas que vienen de todo lado. Al sur y la gobernadora Yamila Osorio encabezando la mancomunidad le ha dicho que no, mintiendo incluso. Al Norte le dijo que no al inicio y luego rectificó a medias y al centro y el oriente ni se acercó. Donde debió acercar la rama del olivo, es decir al sur del Perú, donde obtuvo la más baja cuota electoral, le ha dado las espaldas que podría resultarle caro.
La idea del Fujimorismo es acercarse donde no lo quieren parcialmente. Con toda la sumisión política posible. En tiempos electorales todo vale para conquistar votos y si en algún lugar debería proporcionar situaciones concretas es a esta región. El norte ya está conquistado, Lima es tan numerosa como anónima donde además obviamente tienen más capacidad de maniobra en cuanto a su aparato que es años luz más capaz que su contrincante.
Un debate sirve sólo para el gesto. No se profundiza sobre nada y los técnicos cuando debaten nadie los escucha.Pero con mínimas diferencias en las preferencias electorales un debate puede hacer la diferencia y si esa imagen de no querer conversar (de soberbia) que está dando sigue calando entonces la factura le va salir muy cara. Bien raro, porque el otro candidato no está haciendo nada del otro mundo para ganar.
