¿Para que sirve realmente la ética?
Por estos días y estos tiempos tan desnortados, o desbrujulados merece la pena sumergirse en este excelente ensayo de Adela Cortina, filófosa española de gran valía “¿Para que sirve realmente la ética?” Cortina sin zarandajas se propone a reflexionar sobre lo que está ocurriendo por los alrededores. Por ejemplo, los casos de corrupción que han envilecido [y echado heces] a la vida pública española. La distorsión del interés individual que se vuelve corrosivo para una sociedad como puede ser la falta de civismo de los vecinos al hacer ruido como el caso de los motocarros en la ciudad de Iquitos o que un político o política se enriquezca con dinero público por interés personal. La política está hecha para servir a tu ciudad o país, pero no para lucrarse de la función pública, eso es un egoísmo patológico y distorsionante. La filósofa Hanna Arendt sostenía que a la política no hay que dejar en manos de los políticos, hay que estar siempre vigilantes si no van a capturar el Estado intereses corrompidos. Y al desgranar cada uno de los problemas se observa que emerge como solución la ética, ésta forja el carácter de las personas, la prudencia que reclamaba Aristóteles. Por ejemplo, rescata a la reciprocidad, la cooperación como valor en una sociedad que cada día piensa más en el interés subjetivo y crematístico, uno de los ejemplos que ensaya es la venta de títulos bancarios a personas que apenas conocían de éstas operaciones y hoy están sufriendo las consecuencias al perder abruptamente su valor; el personal del banco le auguró que era una buena operación mercantil, nunca se puso o pusieron por unos segundos en el pellejo de esas personas que han sido engañadas por el interés mercantil del banco y su personal, decir no a una canallada es ético. En estos tiempos sombríos y sin luz en el túnel la ética es la isla en la cual podemos apoyarnos para entender lo que está ocurriendo en los malos hedores que hay cerca de nosotros. Ha sido una lectura esperanzadora.
