La primera biblioteca que apareció en estos predios iletrados fue iniciativa de un personaje delirante, el esperpéntico Leopoldo Charpentier, y gran parte de su infraestructura apareció gracias al óvolo ciudadano. La colecta pública, la bondad de los unos y los otros, la buena voluntad de alguien con fortuna, permitieron que por entonces los libros tuvieran un lugar establecido en Iquitos. Esa biblioteca no fue obra pensada y planificada para implantar el saber y el conocimiento. Apareció casi por azar y en su funcionamiento nunca hubo un solo bibliotecario. La atendían gentes improvisadas, seres que nada sabían de libros y de lecturas. Solo conocían el lugar de las fichas codificadas.
El maltrato a la biblioteca, como institución, no es de ahora. Es de siempre. Es uno de los grandes cuentos del gallo capón que nos rondan como un estigma. Lo de ahora es de antología. El Gobierno Regional no tiene fondos para entregar a la Biblioteca Amazónica. Los que rigen los destinos de esa entidad permiten que la biblioteca funcione poco y mal. No tiene ni agua, ni luz. Carece del servicio de Internet. No atiende a lectores de estos predios. Atiende solo a forasteros. Es decir, sin querer queriendo, fomenta la discriminación intelectual, la segregación cultural. Dicha biblioteca está quebrada. Nos guste o no. Lo admitamos o no.
En sus memorias, don Jorge Basadre narra todo lo que tuvo que hacer para mejorar las condiciones de la Biblioteca Nacional. Primero, aprendió algo del oficio de bibliotecario que es una profesión y no un pasatiempo. Luego hizo infinitas gestiones para agenciarse de fondos y de libros. Tener una buena biblioteca cuesta. Eso tampoco se ha entendido entre nosotros. Con un presupuesto mínimo esa biblioteca solo sobrevive. No puede participar en la vida cultural como debería ser su destino. La biblioteca moderna ya no es solo lugar de lectores. Es un centro de irradiación cultural.
Bien dicho se esta demostrando que las bibliotecas que no son administradas por bibliotecarios de carrera, estas terminan mal y esto me trae a colacion de como funciona una biblioteca como es la del iiap y segun se son bibliotecologos de la universidad de san marcos de Lima, aqui se nota como una institucion como el iiap invierte en profesionales para administrar su biblioteca porque no hacen lo mismo otras entidades las universidades particulares, las municipalidades, que esperan vean este ejemplo que tiene el iiap y se nota cuando se ve qu es un trabajo profesional que por lo menos las veces que he ido a la biblioteca del iiap se nota un buen servicio, lo bueno se dice y se imita, a ver si hacen algo bueno por mejoar la cultura de esta ciudad
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