“Por fuera flores y por dentro temblores”, es un dicho que bien describe el panorama del colegio Rosa Agustina Donayre de Morey, que parece no haber cambiado.
Las obras llevan paralizadas hace dos meses. Pro y Contra ingresó a los ambientes del plantel que aún no es entregado y perjudica enormemente a alumnos, docentes y padres de familia.
Los trabajos quedaron a la intemperie y parte de sus ambientes así como las áreas verdes tienen agua estancada, lo que a simple vista implica un desgaste. En algunas zonas las banquetas son utilizadas como cerco, provocando su desgaste.
En el tercer nivel, las aulas tienen grandes ventanas por donde pasan los rayos del sol y ni siquiera acondicionaron cortinas. Hasta el techo presenta varias filtraciones.
Algo que tampoco consideraron fue colocar aleros en los techos, lo que en época de lluvia terminaría por inundar las aulas y pasadizos.
Han pasado cerca de 5 años desde que iniciaron la refacción del colegio y cuando se retomen los trabajos, cuál será el nuevo plazo de entrega que den las autoridades.