Leyla García Pezo vendiendo “agüita de aguaje”
“NO SE LEER NI ESCRIBIR”
Tras el indiscutible éxito de la pegajosa canción del DJ tocachino “JB” titulado “Agüita de Coco”, nos fuimos en busca de la otra famosísima bebida que refresca las gargantas de todos los loretanos en esos días de intenso calor propio de la Amazonía. Nos referimos a la otra agüita, a la “agüita de aguaje” o mejor llamada “aguajina” y nos encontramos con Leyla García Pezo, quien prepara, según su propia versión, la mejor aguajina de Iquitos. A esta carismática señora la encontramos literalmente con las manos en “la masa” cuando preparaba la riquísima aguajina en su pequeño puesto ubicado en la avenida Quiñones, a las afueras de una conocida universidad.
Esta es la historia de esta aguerrida madre que apoya a su esposo generando ingresos extras para cumplir con la educación, salud y alimentación de sus menores hijos; Leyla ve en ellos la oportunidad de superación y realización profesional con que ella y su pareja jamás contaron. Prepara la riquísima aguajina que es, sin duda alguna, la bebida más refrescante y sabrosa de la selva y ninguna “agüita de coco” ni “juguito de caña” podrán desbancarla.
¿Siempre vendes en esta esquina?
Recién llevo vendiendo una semana aquí, estoy probando cómo me va, como aquí salen y entran profesores y alumnos todo el día, espero que mi venta sea buena.
¿También vendes aguajes? ¿De dónde los adquieres?
Vendo mis aguajitos también porque a veces la gente no quiere tomar, sino comer (sonríe). Salgo muy temprano al mercado de productores para comprar mis aguajes; últimamente está muy caro el aguaje y eso hace que vendamos un poquito más caro también nosotros.
¿Antes donde vendías?
Yo vivo en el pueblito de Rumococha. Antes vendía en mi casa, a la vez que atendía a mis hijos, pero la venta era poca pues y por eso ahora estoy probando en esta esquina.
¿Cuántos hijos tienes?
Tengo cuatro hijitos. La mayor tiene trece, luego los pequeños de diez, siete y tres años; ellos estudian en un colegio de ahí de Rumococha.
¿Vives con el papá de tus hijos?
Sí, vivo con mi marido. Él trabaja en un aserradero, pero el dinero que ingresa no alcanza, así que la situación económica lleva a buscar otras formas para ganar platita y por eso vendo mis aguajes y mi aguajina.
¿Recibió estudios primarios y secundarios?
Yo no sé leer ni escribir. Nosotros éramos quince hermanos y mis papás no tuvieron esa posibilidad de darnos estudios a todos, al contrario teníamos que trabajar desde muy chicos. Éramos quince, pero no viven todos, cinco ya murieron. Mi marido tampoco tiene ni primaria completa, pero al menos sabe escribir.
¿Tienes movilidad propia que te trae hasta acá? ¿Desde qué hora vienes a vender?
No tengo motocarro propio, me embarco en cualquier motocarro acarriando mis cositas. Generalmente estoy acá desde las nueve de la mañana y me quedo hasta las cinco de la tarde más o menos.
¿Qué almuerzas en el transcurso del día?
Yo desayuno y almuerzo aguaje con aguajina (ríe); no se puede comer otra cosa pues, porque gastaría la plata que puede servirme para mi pasaje, porque a veces no se vende mucho, no hago ni para comprar mi arroz después. Cuando no vendo al día siguiente no salgo porque no hay para comprar el aguaje.
¿Cuánto llegas a ganar en un día?
Eso no se dice pues, después me asaltan cuando regreso a mi casa, no, mejor ahí nomás (risas) con la delincuencia que hoy existe en nuestra ciudad, hasta por un sol te matan, terrible se ha vuelto esta ciudad que antes era muy tranquila.
¿Quiénes cuidan de tus hijos cuando estas ausente?
A veces se quedan con su papá o algún familiar, pero mayormente se quedan al cuidado de mi hijita mayor.
Escribe: Randy Wagner Ríos Gutiérrez
randyriosg@gmail.com
