Por: Moisés Panduro Coral
en los medios locales se ha desatado un fuego cruzado entre dos grupos de periodistas, unos que creen en la autenticidad de la narcocarta y defienden la versión de que el escrito de la convicta es una prueba de la vinculación entre el narcotráfico y el gobernador de Loreto en ejercicio, y los otros que califican la misiva carcelaria como una torpe, pedestre, brutilda y poco ingeniosa manera de echar barro al pulpín de gobernante regional que es el señor Meléndez por parte de una mafia dirigida por el tristemente célebre Iván Vásquez.
Dije, durante la campaña municipal y regional del 2014 en Loreto, que el narcotráfico estaba invirtiendo bastante plata en esa elección. Hace unos días, en una carta supuestamente enviada por una reclusa de un penal de Iquitos, privada de su libertad por el delito de tráfico ilícito de drogas, la susodicha pedía que el actual gobernador regional, el señor Meléndez, le devuelva la inversión que habría hecho en la campaña de éste porque era un dinero resultante de los esfuerzos de su esposo en el negocio del narcotráfico. Aunque usted no lo crea, palabras más o menos, es así como se lee en la carta: “dinero ganado con mucho esfuerzo en el mundo del narcotráfico”.
Tan inocentemente sincera (o tan burdamente fabricada, eso depende del cristal con el que se mire) es la argumentación de cobranza de la reclusa que, obviamente, a más de uno le han entrado dudas acerca de la autenticidad de la misma y respecto de quien o por encargo de quien se habría elaborado la denominada narcocarta y, sobre todo, cuál sería su finalidad, si es únicamente monetaria o si tiene una palmaria direccionalidad política.
Más allá de la finalidad, sin embargo, la situación configurada permite verificar dos hechos innegables: Primero, que en los medios locales se ha desatado un fuego cruzado entre dos grupos de periodistas, unos que creen en la autenticidad de la narcocarta y defienden la versión de que el escrito de la convicta es una prueba de la vinculación entre el narcotráfico y el gobernador de Loreto en ejercicio, y los otros que califican la misiva carcelaria como una torpe, pedestre, brutilda y poco ingeniosa manera de echar barro al pulpín de gobernante regional que es el señor Meléndez por parte de una mafia dirigida por el tristemente célebre Iván Vásquez.
Segundo, que en medio de ese fuego cruzado nos encontramos quienes no comulgamos con la idea de extender la campaña electoral del 2014 al escenario electoral del 2016. Hay quienes estamos absolutamente convencidos de que el lavado de activos, la corrupción y el narcotráfico tiznó de naranja-agria y de verde-oscuro, que es lo mismo que decir de amargo-gris, las decisiones de los votantes en las ánforas, y con ello, enviaron al traste las esperanzas de salir del atraso que los loretanos albergan desde hace décadas.
Por ello, conviene a todos que la “narcocarta” alrededor de la cual se ha levantado una gran polvareda, sea investigada y se llegue a la verdad. Empero, quienes conocemos cuánto de hipocresía y doble rasero hay en la politiquería, abogamos también para que se investigue el asesinato en mayo de 2011 en la localidad de Tabatinga (Brasil) de un hombre de seguridad del congresista Lewis, el segundo de Iván Vásquez en su movimiento regional, que podria ser un indicio de relación del ex presidente regional con el narcotráfico, conforme lo señaló hace un tiempo el especialista en temas de narcotráfico Jaime Antezana. E igualmente, se deberían investigar los casos de parientes de autoridades detenidos con varios kilos de cocaína en su poder, o los casos de candidatos que -de acuerdo a versiones periodísticas y extrapoliciales- tendrían una cercanía con el ilícito, pérfido y corrompedor negocio del narcotráfico.
Espero que después de la narcocarta, o tal vez junto con ella, estos casos ganen próximamente los titulares en nuestra prensa regional.