Expropiar, prohibir, demoler, destruir…
Leo entristecido cómo la Escuela de Bellas Artes de Iquitos será, muy pronto, un anexo del Sindicato de Motocarristas de la ciudad.
Miro cómo se agencian de excusas los que no llegaron siquiera al 3% y cómo los amigos Jaime Fartolino y Nancy Dantas tienen que pedir “por favor” para defender los fueros de un espacio que en cualquier lugar del mundo sería intangible, sagrado, digno de apoyo y beneficios.
Claro, en cualquier lugar del mundo, menos en la ciudad que, infaustamente, le tocó gobernar a Salomón Abensur.
No tengo que exigirme mucho para recordarles que, de todos los alcaldes que han pasado por el poder en Maynas, “Shaluco” ha sido el peor. Ustedes lo saben (y lo han demostrado en las urnas). El balance de una ciudad caótica, dominada por la delincuencia, el ruido infernal y la suciedad podría ser suficiente para explicar un poco este despropósito. Pero, en honor a la verdad, el rosario de errores, ineptitudes, chambonadas y metidas de pata es bastante largo.
Dicen que cada pueblo tiene el gobernante que merece. Yo no estoy tan seguro de ello, pero puedo entender el sentido de la frase. Lo que sí me parece, en todo caso, relevante en toda esta situación, sin duda, es la relación que ha tenido el aún burgomaestre con la cultura, el arte y la memoria histórica de la ciudad. La verdad, no entiendo, no sé si ustedes, pero la forma cómo ha hecho que un asunto que debiera ser valioso no sólo para la gestión, sino para la vida misma, haya tenido un trato tan nefasto por parte de la principal autoridad de la ciudad.
Hace poco, cuando se perpetró la destrucción del último vestigio de la fachada del antiguo Palacio Municipal, pensamos que se cometía el más importante atentado contra el patrimonio histórico y cultural de la localidad. Nos equivocamos. Lo que ahora ha pasado con Bellas Artes, entregada a los brazos de los motocarristas es, simplemente, inaudito.
Se supone que un alcalde, en teoría, debería proteger y preservar los espacios arquitectónicos y las manifestaciones del pasado glorioso y vital de la Amazonía. No olvidar que aquél Palacio Municipal arrasado tuvo entre sus hitos los dos murales que iniciaron la controversia en los que representa: el encuentro del río Amazonas por parte de Francisco de Orellana, ocurrido el 12 de febrero de 1542; y la llegada de los vapores enviados por Ramón Castilla a la aldea de Iquitos, en 1864, fecha en que se funda Iquitos como puerto fluvial; ambos pintados por uno de los más grandes artistas del país, César Calvo de Araujo.
Es obvio, también, que el alcalde no conoce (y no creo que en verdad le importe) la importancia que ha tenido la Escuela de Bellas Artes, y supongo que sabe muy poco de maestros como Sovero, Luján Darjón, Cavero Egúsquiza, Chávez y mucho, mucho más. No creo que sepa el valor y todo lo que aquel espacio entregado le quita apoyo y desmoraliza a una institución que ha batallado constantemente contra la falta de apoyo con ingenio e creatividad. Que de entre sus espacios se ha logrado más notoriedad y prestigio para nuestra tierra que todos los que han asumido el poder edil, por ventura de la Providencia – siempre excesivamente generosa y surrealista – y también de nosotros los electores.
En verdad, la gestión de Salomón Abensur será recordada por crear o agenciarse de mecanismos para arrasar sistemáticamente con varias de las manifestaciones de cultura y reivindicación histórica. Porque en este gobierno edil se realizó una espantosa tala de árboles de modo indiscriminado (sin contar con la alucinante idea de colocar un botadero de desperdicios en un reserva natural), y hasta el momento lo que más nos duele es que en vez de tener espacios de sombra contra el clima tenemos puro cemento y bronce adulterado.
No sé si a alguien también le guste ser recordado como aquél que se tiró abajo el Festival Regional del Libro en la Plaza de Armas, luego de más de 25 años de actividad (a pesar que ha dado paso a eventos de belleza y manifestaciones del más corriente humor ambulante). No sé si alguien y el abandono absoluto en que se encuentra la Biblioteca Municipal. Lo interesante es que siempre van a haber motivos y justificaciones (para eso, los tinterillos son geniales) para expropiar y prohibir, pero también para demoler y destruir.
Y allí sigue, incólume, la casa del cauchero Carlos Fermín Fitzcarrald, patrimonio arquitectónico del país, aún sin arreglo pese a que ha pasado más de un año del hecho negligente de la grúa municipal. Y allí, sigue, sin duda. Y ahí sigue, abandonados a su suerte, lugares y edificios históricos del centro urbano. Y allí, claro está, continúa sin solución, los escasos o negados presupuestos para actividades artísticas permanentes o para el desarrollo del recurso humano.
Claro que, en honor también de la verdad, la actitud de Abensur solo ha sido la radicalización de acciones que otros, en mayor o menor medida, también han acometido contra la cultura. No creemos que se deba sólo cargar la absoluta responsabilidad en el alcalde de Maynas, porque también los demás tienen su cuota de responsabilidad. También el gobierno regional tiene su cuota de responsabilidad, por ejemplo, en el abandono de presupuesto de apoyo social para una veintena de instituciones de apoyo social y cultural. Y, claro, también tiene su cuota de responsabilidad el mismísimo Ministerio de Cultura cuando cree que puede absorber a todas las escuelas públicas, creando las condiciones para su extinción jurídica.
El problema con, por ejemplo, el caso de Bellas Artes es el mensaje que se le está enviando un pésimo mensaje a la población: se puede arrasar lo que choque contra nuestros designios o nuestros intereses y para eso sólo necesitamos el poder y la fuerza, o simplemente tirándonos abajo cualquier designio de desarrollo educativo, humano o cultural que no nos guste.
Ante ello, la sociedad civil contempla entre pasmada y apática lo que está sucediendo, se siguen cerrando los presupuestos para la educación, la ciencia o el arte y, aunque hay el más grande auge para las manifestaciones culturales en mucho tiempo, los signos de barbarie y hostilización son demasiado intensos como para obviarlos.
Lo peor es que, comparado con esta gestión, la futura parece ser aún más disparatada en dicha y muchas otras materias.
Como es eso. Los quieren quitar todo o solo lo que invadieron. Que caray. Que tal rechula de directora cultural
Respetado amigo
Siempre leo tus articulos y los recomiendo, aunque no los comparta. Más sobre el particular permiteme unas precisiones:
1. Resumiendo sobre Bellas Artes. Te parece bien que en nombre de la cultura y las bellas artes; una directora pueda de facto, al margen de toda norma, apropiarse de algo que no le pertenece individualmente.Inicalmente le fueron concedidos 606 m2, luego sin más pasó a 850 m2. Ahora tiene 1350m2. Eso esta bien?; si es así. Las declaraciones de libertad, democracia y tantas otras palabras bonitas no tienenen sentido. Volvamos a la barbarie. Una muestra ya esta dada. La Profesora directora con comba y martillo destruyó paredes, para avanzar «apropiandose» de más terrenos y en nombre de las artes bellas plantar su bandera y decir: Esta conquista nadie me lo quitará, menos los «barbaros», los incultos municipales. I sus seguidores vestidos con sus raídos uniformes de combate en el fervor del triunfo exclaman: ¡viva la cultura! ¡Esto sí es cultura, que les parece!.
Ademas debe quedar claro, que nadie los quiere «quitar» lo que legalmente les corresponde.
2. Sobre la denuncia de Bendayan – Palacio Municipal-. Eso ya esta judicializado y en esa instancia demostrare la prepotencia, el abuso del cargo, la intolerancia. La Señora Bakula en dos resoluciones le dijo que habia viciado el proceso sancionador porque ese Ex INC departamental era incopetente para tratar esos temas. No obstante sin guardar el debido proceso,presentó una insolita denuncia. No creo que por tu educación, cultura y abogado de profesión puedas ser parte de tamaña majadería. Esto de majadería lo digo por utilizar un término. Ya habrá tiempo para otras cosas. Pero debo entender que no solo se trata de denuncias. Se trata de la forma como interpretamos el mundo, la vida, hasta de las cosas cotidianas. No nos lamentemos de lo que pudimos hacer y no lo hicimos. Mira el caso tuyo, a tu pesar, tu desempeño como ex funcionario. La conciencia laxa en algunos casos es una ayuda, pero no siempre. Seguiremos conversando
Muy reconocido
Rafael Saavedra Perea
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