A principios del 2004, Jaime Vásquez me invitó a escribir una columna semanal en este diario. Venia de escribir por cuatro años seguidos, religiosamente, en otro semanario religioso. Total libertad. La idea me pareció, digamos, atractiva. Llamé a mi columna IQT, un nombre que me parecía atractivo desde siempre
Desde entonces, con vaivenes, he estado diez temporadas ininterrumpidas escribiendo, casi sin detenerme, todas las semanas en este espacio. En etapas donde lo que escribía alcanzaba casi dos páginas de la edición impresa y ahora, a veces, un cuarto página (con pase a la web). A fines del 2008, luego de cerrar temporalmente mi blog, IQT se cerró como columna y apareció Nadar Solo, el nombre de este espacio hasta el día de hoy.
Diez años, básicamente. Una década prodigiosa, sin duda.
Y es tiempo de darme una pausa. La continuidad es un tema muy complejo y serio y hay momentos en que debes detenerte. Necesitas aire fresco, necesitas mirar todo en perspectiva.
Escribo estas semanas mi tercer libro, POP, que es como una continuación de IQT (Remixes), el nunca bien ponderado debut, y me doy cuenta cómo han ido cambiando las cosas. Ahora las redes sociales tienen un poder que no tenían una década atrás y es muy probable que esta columna la lean más a través de la versión web que en la edición impresa de Pro & Contra. Eso no es malo, en absoluto. A veces, usualmente diría, es una bendición.
Lo que también he visto es que aquellos valores que iniciamos hace diez años, por la cultura y por la lucha de un periodismo alternativo, incluso digital, son mucho más reconocidos que antes. Se ha puesto la cultura, la Amazonía, lo 2.0 en agenda, tanto del Perú oficial como de las autoridades locales (incluyendo un sendero que se inicia el 2014 con la llegada de la banda ancha y pretende interconectar toda la región en los próximos tres años).
Por otro lado, en diez años el nivel de deterioro social y política de nuestra ciudad se ha acelerado, al punto de tener Iquitos uno de los niveles más evidentes y penosos de desgobierno, a los que se suma esta sensación de desgobierno, corrupción e inseguridad. Parece como si los poderes oscuros hubiesen tomado todo y ante eso hay que volver a iniciar, resetear nuestra mentalidad y nuestras prioridades. A finales del 2014 hay elecciones, espero que sea el punto de quiebre con esta caída libre.
Nada más, aquí se acaba Nadar Solo. Supongo que nos volveremos a leer (no sé cuándo, pero estoy seguro que sí). Buena suerte y hasta pronto.