María Luisa Martínez Barranco se enfrentaba a una petición de condena de seis años de internamiento en un centro psiquiátrico y a seis años de prisión por un delito de asesinato con alevosía. Según el escrito del ministerio fiscal, el 26 de noviembre de 2015 mató a su hijo de 64 años en Torres de la Alameda «declarado judicialmente discapaz total», quien dependía de forma completa de su madre. «Sufría una minusvalía mental, falta de movilidad, era ciego, sordo y mudo».
La acusada tenía sus facultades mentales gravemente afectadas, debido al empeoramiento de su estado de salud por su avanzada edad. «Al verse mermada en sus capacidades físicas para continuar asumiendo los cuidados que requería y con el fin de evitar que sus otros hijos tuvieran que asumir la carga futura del mismo cuando ella fallase, tomó la decisión de acabar con su vida y con la de su citado hijo», resume el escrito de acusación.
Vació en un recipiente hasta 16 envases de medicamentos que había acumulado en los últimos días: daflon (favorece la circulación sanguínea), trazodona deprax (un antidepresivo), ibuprofeno (un antiinflamatorio), tramadol paracetamol (un analgésico), urbason (inmunodepresor y antiinflamatorio) y dexkeptoprofeno enantyum (otro analgésico).
La acusada los trituró y vertió el contenido en dos vasos de cristal. Dio a beber uno de ellos a su hijo “sin que el mismo tuviera posibilidad de conocer su contenido”, según la acusación. Después, María Luisa se tomó el otro. Ambos entraron en un estado de inconsciencia por intoxicación. La hija los encontró tumbados en las camas del dormitorio de la vivienda.