El lunes 09 de abril de 2018, en horas de la mañana, un gran incendio tuvo lugar en la zona baja del distrito de Belén. Ante ello mi familia entro en tención, debido a que mi hermano es bombero voluntario y su base se ubica en dicha zona. Gracias a Dios, con profesionalismo y pasión por la labor bomberil, el siniestro fue controlado, empero por la tarde al ingresar a redes me topé con una publicación de mi hermano en Facebook, lo cual no es algo extraño, pero dejaba ver su desazón y mal momento al recordar los reclamos recibidos por llegar “tarde” al siniestro.

Es necesario recordar que la labor bomberil en nuestro país es altruista, los bomberos son ciudadanos voluntarios que exponen su integridad, dejando sus quehaceres habituales -trabajos, familia y reuniones sociales-, para proteger y apoyar a las personas afectadas por algún siniestro, sin recibir compensación alguna por ello, por lo que la publicación de mi hermano es completamente comprensible, toda vez que al conocerlo como la palma de mi mano, puedo decir que sé de su gran corazón y conozco de cerca su frustración al no poder acudir a apoyar frente a algún siniestro o fenómeno natural si fuera el caso. Lo que merecen nuestros bomberos es apoyo y no reclamos, ya que con los pocos implementos con los que cuentan hacen hasta lo imposible por acudir al llamado.

En ese sentido, ahora me toca desde esta tribuna levantar mi voz de protesta, teniendo en cuenta que mi hermano es bombero voluntario, se de forma cercana sobre las carencias y necesidades que aquejan a dicha institución. Si bien cuentan con ropa especial para la protección contra el fuego, dichos implementos tienen años de uso y ello obviamente reduce su efectividad. Asimismo, específicamente la Compañía de Bomberos Voluntarios Belén N° 41 – por cierto la más antigua de Iquitos- cuenta con dos ambulancias (una de ellas inoperativa) y una bomba multifuncional, donada por los bomberos de Japón hace dos años, por lo que tiene el timón a la derecha, y ningún vehículo más; también se  que se encuentran a espera de la donación por parte de las autoridades de una cisterna de agua, ya que no cuentan con una desde hace tres años, debido a que su última cisterna fue dada de baja por ser de los años 70.

En ese contexto, no podemos reclamar nada a los bomberos, ya que con la escasez de recursos que los afecta, hacen todo por ayudar y realizar de forma correcta su labor. Es imperativo tomar conciencia de ello y cambiar la dirección de los reclamos hacia las autoridades locales, a quienes corresponde gestionar el apoyo hacia los bomberos de sus localidades, ya que sin ello, y siendo realistas, pese a la gran labor realizada por los hombres de rojo, no se podrán evitar desenlaces penosos.

Hace poco en esta columna, en el marco de las elecciones regionales y locales próximas, tratamos el tema de los planes de gobierno que deben presentar los candidatos y los partidos o movimientos políticos que se lanzarán en estas elecciones, conforme a ello, por qué no exigir que en los planes de gobierno se contemple y planifique el apoyo y/o financiamiento a los bomberos como una medida ante los posibles acontecimientos que se puedan suscitar (incendios, inundaciones, etc.), en el marco de la prevención.

Concluyo esta columna pidiendo aplausos masivos por la noble labor de nuestros bomberos voluntarios y principalmente para mi hermano el bombero Max Junior Rojas Rios, quien a pesar de sus diversas responsabilidades laborales y familiares, nunca deja de acudir al llamado de emergencia, siendo el orgullo y a la vez preocupación para la familia. Ñaño, papá Blas definitivamente se regocija al verte desde el infinito.

Miguel Angel Rojas Rios

Abogado

Maestrando en Gobierno y Políticas Publicas

rojasr.miguel@pucp.edu.pe