La mascota conocida como Ppkuy iba detrás del candidato de la doble nacionalidad y nada hacía presagiar que desaparecería de pronto. Era Villa el Salvador y el candidato de la doble nacionalidad ofrecía una serie de promesas a los electores y el cuy se hizo humo antes de arribar a una esquina. Los de ese partido entonces se dieron a la tarea de buscar al animal, pero por más que lo rastrearon no lograron encontrarle. Así la mascota dejó de salir con el candidato de la doble nacionalidad. Lo cual era un problema ya que se había acostumbrado a tener al cuy a su lado.
La mascota paso entonces al rubro de las personas desaparecidas. Los policías se dieron a la tarea de buscar por todas partes al animal perdido. Los meses pasaban, las elecciones se realizaron y el cuy no aparecía. El candidato de la doble nacionalidad lamentó esa desaparición y dijo que por ello había perdido. Luego ofreció una jugosa recompensa a quien diera noticias del cuy perdido. Pero volvieron a pasar los meses y el animal no aparecía. Fue aquel momento en que el candidato de la doble nacionalidad decidió cambiar de mascota, eligiendo un perro peruano, el perro chusco y calato de proverbial fealdad que de pronto se perdió en una esquina.
La mascota perdida fue buscada intensamente pero nadie logró dar con su paradero. El candidato de la doble nacionalidad hizo todo lo posible por recuperar al perro, pero todos sus esfuerzos fueron estériles. Al final, cansado de buscar en vano, decidió nunca más tener una mascota. Es así como ahora que se acercan las nuevas elecciones, el candidato de la doble nacionalidad anda solo, sin mascota, sin cuyes y sin perros. Ello le hace sentirse solo en medio de una campaña cruzada por denuncias e insultos.