Hace unos días tuvimos la triste noticia del asesinato de Roberto Carlos Pacheco Villanueva, líder ecologista, fue asesinado en su concesión forestal, ubicada en la margen derecha de la carretera Interoceánica, en la región Madre de Dios, rezaba la crónica. Era el hijo del reconocido ecologista Demetrio Pacheco. A pesar de las persistentes amenazas Roberto continúo con su trabajo. Desgraciadamente, salir en defensa, muchas veces, de la naturaleza se está asociando a muerte, no desde ahora, sino desde hace mucho tiempo. La extracción de recursos naturales en la Amazonía arrastra fuerte un pasivo de muerte teniendo como referencia a la explotación del caucho. Pero no solo en la floresta peruana ocurren esas muertes sino también en la Amazonía continental. La Defensoría del Pueblo de Colombia viene alertando desde hace un tiempo el desamparo que se encuentran los líderes, hombres y mujeres, por defender los recursos naturales. Esta defensa de los recursos naturales de las líderes ecologistas tiene mucha relación con la situación climática en el mundo que la postura extractivista lo niega por negar. Leía un escrito de la ecologista Yayo Herrera, donde en una argumentación muy interesante de defensa a la vida – no solo la humana, se refería a los magufos, son aquellos que propagan discursos contrarios a la ciencia que no pueden demostrar su validez. En el mundo tenemos a los presidentes Trump o Bolsonaro que a primeras de cambio niegan toda información científica. Bueno, en la floresta y alrededores tenemos nuestros magufos que decoraban el paisanaje tropical cual supay de los relatos míticos. Han pasado por un proceso de tropicalización. Son aquellos que sin argumentos científicos proclaman su negación a lo que diga la ciencia como es el caso del cambio climático o del acelerado deterioro de los recursos en la Amazonía llegando a conjugar posturas como la no a la firma del Convenio Escazú. A pesar de las muertes recientes de líderes ecologistas estos retorcidos magufos siguen en esa campaña del no por el no. Demasiado triste.