La disputa por el hotel Sanctuary Lodge sacudió el viernes 16 de mayo al distrito de Machu Picchu (Urubamba -Cusco), con una tensión latente, pero sin disturbios visibles. En pleno vencimiento del contrato de usufructo con la empresa Perú Belmond Hotels S.A., el Gobierno Regional del Cusco brilló por su ausencia. La falta de presencia oficial causó sorpresa entre los dirigentes sociales y pobladores que esperaban una postura clara del gobernador Werner Salcedo.
Desde primeras horas, un contingente policial resguardó el hotel Sanctuary Lodge, ubicado a escasos metros de la ciudadela inca. A la vigilancia de la Policía Nacional se sumó personal de seguridad privada, dispuesto ante la expectativa de protestas anunciadas por el Frente de Defensa y organizaciones sociales. El contrato original con Perú Belmond Hotels comenzó en 1995. En total, se extendió por 30 años: 20 iniciales y una ampliación de 10 años. Sin embargo, la empresa se amparó en una medida cautelar emitida por el 12° Juzgado Civil con Subespecialidad Comercial de Lima. Esta disposición judicial prorrogó el usufructo del hotel mientras se resuelve el caso mediante arbitraje. La medida judicial prohíbe toda acción que impida el funcionamiento del hotel. Perú Belmond alegó pérdidas durante la pandemia y otros factores externos. Afirmó que cumplió con el pago de rentas al Gobierno Regional.
Disputa por Sanctuary Lodge sigue en tribunales
La presencia de la Defensoría del Pueblo resultó clave. Su representante, Óscar Luque, afirmó que su institución supervisó el cumplimiento legal y el respeto a los derechos de la ciudadanía. “Hay alrededor de 20 policías en Machu Picchu y otro grupo en Aguas Calientes. Coordinamos con el comisario y el Ministerio Público desde anoche”, declaró. Luque aclaró que la Defensoría no defiende intereses empresariales, sino el principio de legalidad. “La recuperación no puede hacerse por la vía de los hechos. Mientras haya medida cautelar, se debe respetar la decisión judicial”, sostuvo. También confirmó que no tuvo contacto con ninguna autoridad regional. Jorge Moya Cohaguila, director de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco, pidió separar este conflicto de la experiencia turística. “La circunstancia del Sanctuary Lodge debería ser un tema aislado. Nosotros tenemos que brindar el servicio”, comentó. Para prevenir incidentes, su oficina solicitó más presencia policial. Además, Moya propuso crear un corredor turístico coordinado con la Gerencia Regional de Comercio Exterior y Turismo (Gercetur), en caso la situación se agrave. A pesar del conflicto, el hotel opera con normalidad, en temporada baja, recibiendo menos de 4,500 visitantes diarios. Mientras tanto, la incertidumbre por la recuperación del hotel Sanctuary Lodge de Machu Picchu crece en Cusco. El caso sigue su curso en tribunales. La comunidad espera respuestas. El hotel continúa funcionando. Y el Gobierno Regional permanece en silencio.
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