Cuando ya empezaba a interesarme la política y lo que sucedía en la sociedad gobernaba la Municipalidad Provincial de Maynas un señor llamado Juan Isern Córdova que vivía por la curva de Moronacocha y se traslada en un jeep tan descubierto como antiguo. Luego le sucedería en el cargo Daniel Linares Bazán, quien habiendo sido designado por el gobierno militar tuvo la osadía de declarar “huésped ilustre” al candidato de Acción Popular, Fernando Belaunde. Se quedó sin la Alcaldía pero en compensación fue designado número uno en la lista de candidatos por ese partido y, como era previsible, salió elegido parlamentario y ganó su boleto a Lima. Nunca más volvió a radicar en Iquitos, aunque mantuvo negocios.

Después de Linares fue designado Silfo Alván del Castillo, quien hasta ese momento no tenía ninguna formación política y ni siquiera las cosas claras sobre militancia partidaria. Fue el último alcalde de la dictadura, como antes lo fue el abogado Jorge Luis Donayre Lozano. Luego de esas designaciones llegó el período democrático.

Se estrenó con Luis A. Lozano Lozano. Un abogado que no tenía mucha ascendencia entre los acciopopulistas pero los militantes y simpatizantes en ese tiempo bastaba que el arquitecto diera el visto bueno a uno para que dieran su voto incondicional. No era un político carismático. Y nunca más volvió a ganar una elección. Ni para alcalde ni para congresista, puestos a los que postuló en reiteradas oportunidades. Luego llegaron dos apristas a la Alcaldía de Maynas. Producto de la simpatía avasalladora de Alan García Pérez y, sin duda, algo de mérito personal. Ambos realizaron gestiones controvertidas y de pugnas internas que, considero, ha sido uno de los períodos más cuestionados por sus propios partidarios. Tanto Rony Valera Suárez como Máximo Meléndez Cárdenas fueron apristas que se la tuvieron que ver con sus compañeros más que con los ciudadanos.

A don Máximo le reemplazó Silfo Alván del Castillo, quien esta vez regresó por el voto popular. Una enfermedad provocó su muerte y fue reemplazado por Jorge Chávez Sibina, quien formó su propio círculo, despojando a quienes habían apoyado la candidatura de “El Tigre”. Llegado el momento de las elecciones ganó Joaquín Abensur Araujo, un empresario millonario y de clara militancia acciopopulista. Abensur fue reemplazado por Jorge Chávez Sibina, quien esta vez volvió a la Alcaldía por sus propios méritos y no estuvo alejado de escándalos que se puede resumir en el favoritismo hacia un determinado grupo empresarial. Al pepecista –que luego se alejó de dicho partido- le sucedió Iván Vásquez Valera, quien ganó ese puesto con Fuerza Loretana, luego de varios intentos.

Entre los últimos alcaldes están Juan Carlos Del Aguila, Salomón Abensur, Charles Zevalllos, Jorge Washington Guimas, Adela Jimenez. Con la particularidad que en los últimos tres años la provincia de Maynas ha tenido tres alcaldes. Lo que provoca inestabilidad y desgobierno. El otro día pregunté a Luis Tafur: ¿quién fue el mejor alcalde de Iquitos? Y también ¿Por qué se limita a describir en sus estudios a alcaldes antiguos y no a los recientes? La primera pregunta no lo contestó y sobre la segunda dijo que cuando los alcaldes son muy recientes cae en el inmediatismo y se deja llevar por el apasionamiento. Espero que en el conversatorio de hoy en la sala de Gobernadores se amplíe las preguntas y también las respuestas de Luis Tafur Rengifo.