Los Wembler’s en el recuerdo…
Escribe: Lic. Werlinger Montes Panduro
¿Se acuerdan de la Danza del petrolero? Era una época muy peculiar para la cumbia amazónica. No podemos olvidar ese tema tan pegajoso como su nombre. Yo tenía entre ocho o nueve años de edad, pero recuerdo muy bien las jaranas que provocaba su dulce y alegre tonada. Fuera de que el tema es o no de su autoría el sello impregnado por este grupo musical fue selecto y único. En ese concierto de vaivenes musicales, en los que aparecieron grupos muy representativos y así desaparecieron, queda el recuerdo del grupo de cumbia amazónica Los Fabulosos Wembler’s, que marcaron un hito en la musicología de la región, ya que impregnaron en sus letras y melodías las vivencias del poblador ribereño, mestizo e indígena de esta parte del país. En una ocasión fui a dar unas vueltas por el embarcadero de los pescadores artesanales que está ubicado en la zona aledaña a Masusa, y me encontré con el siguiente cuadro: eran dos borrachitos, de esos peculiares personajes que a pesar de estar con los tragos encima tienen la lucidez suficiente para acordarse de todo. Y escuché el siguiente diálogo:
¿Qué será de esos mentecatos que bailaban este ritmo, dí? La danza del petrolero, políticos ya dizqué son. ¿Y pensar di compadre, que con esta música se empezó a gestar cerca de las torres de los pozos petroleros, di?
Sí compadre. Quién iría a pensar que después de todo el esfuerzo, la costa, la capital, Lima, se llevaría el 93 % de nuestros sueños con el “oro negro”, como dice la canción.
Si, hom, y los muchachones (ya deben estar viejitos) que compositaron esa canción están allí, pobres y abandonados; sólo Iván cuando ha querido ganarse unos puntitos de popularidad les dio una chambita a los majaderos. Ni siquiera la Dirección Regional de Cultura se acuerda de ellos; ¿deberían de hacerles un homenaje di? Para eso nomás pues han servido, para “expresar” la “prosperidad”.
Oye, Shahuano, pero yo no veo nada de progreso oi. Siendo sinceros, sin mishiquería, sólo veo grandes extensiones de cemento y asfalto parecen culebras que caminan por la ciudad. Más bien les están facilitando las cosas a los rateros y criminales; claro pues, escapan rapidito…
Así pues es, Rongote, es que el progreso no son sólo edificios ni palabrerías, pues. Para desarrollar un lugar es necesario acordarse de su gente, ¿por qué crees que existe tanta miseria en esta parte del país? Es muy importante considerarlos en los proyectos sociales de desarrollo…
Disculpa que te corte, Rongote, ya está hablando como político tú también; ¡cámbiame ese tono porque si no te boto de mi mesa, ha!
Está bien, Shahuano, pero insisto que no hay que olvidarse de ellos, porque son la base principal de una región, el respaldo de la nación, como dice mi masicuari Nicucho, borracho masini, iden yo.
Abruton, Rongote, eso que tú dices es pura palabrería, ñaño. Aquí, las autoridades sólo se acuerdan de la gente cuando quieren algo. Sino mírales pues a los Sánchez cuando han querido un favorcito recién les han buscado; ¿porqué antes no?
De repente nadie sabía de su existencia…
Anda engaña a tu abuela puca ribeta; hasta tus abuelos han bailado alguna vez sino con ellos, con su música y no me vengas con huairanshadas.
De todos modos, insisto que no puedes ir llenando sólo de asfalto las esperanzas de un pueblo. Cemento no se come. La naturaleza se rabia cuando se le cambia de cara. Mira lo que ha pasado en Pisco hace algunos años. Eso porque tenemos una cultura que si una persona no trabaja si no deja sus huellas enterradas en la tierra. Tenemos una cultura y educación rara pues, como dice el huaira huma de Wesche, ese médico pipiléptico (viejo también ya está): más vale la comida que cura que el chupo que se infecta…
Eso sí es cierto, ¿cuándo llegaremos a eso di Rongote?
No sé Shahuano, pero vamos a tomarnos la última media, tengo que ir a chambear para llevarle su chiuchiu a mi mujer que está preñada de nueve meses, ya va a nacer otro condenado.
Vamos pues, y ojalá se acuerden de los Wembler’s y de todos los que nos dan alegría en esta parte de la región, pues cholo.
Sí cumpa, vamos…
Quise escribir esta crónica porque retrata y matiza de cuerpo entero la opinión que la gente común tiene de las autoridades. Y versa en una especie de desazón, antipatía, desilusión, apatía y defraudo. Más bien se vuelven melancólicos cuando de estos temas se habla. Ojalá que la Dirección Regional de Cultura siga con esa política de convocar a concurso sobre algo artístico cada cierto tiempo; y que lo haga sin mezquindad, ni favoritismo ni intereses políticos; sin rebuscar otras intenciones malsanas, que afecta a los trabajadores del arte