Informe especial de «El foco»
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Durante el 2020, en el marco de la pandemia del coronavirus, EsSalud realizó 576 contrataciones directas. Un mecanismo extraordinario que permite firmar contratos por invitación a proveedores en menos de 24 horas. Lo desembolsado ascendió a S/ 892 millones. Este especial reúne cinco historias de mal uso de los recursos públicos en la institución que dirige Fiorella Molinelli.

Desde el 15 de marzo del 2020, día en que se declaró el Estado de Emergencia Nacional por la pandemia de la COVID-19, hasta el 31 de diciembre del mismo año, EsSalud realizó 576 contrataciones directas. Es decir, la institución firmó cada día en promedio dos contratos sin licitación y en procesos de selección que duraron menos de 24 horas. El total de lo desembolsado por EsSalud de manera directa durante esos nueve meses ascendió a 892 millones de soles.

Para poder firmar esos contratos, en EsSalud se ampararon en tres normas dadas por la gestión del presidente Martín Vizcarra: el Decreto de Urgencia 026, el Decreto Supremo 044 de la PCM y el Decreto Supremo 008 del Ministerio de Salud. Esas normas fueron las que declararon la alerta máxima en todo el país y, con ello, permitieron a las entidades del sector salud tomar medidas excepcionales para detener la crisis sanitaria.

EsSalud, desde 1936, es el ente encargado de la seguridad social en el Perú, y actualmente vela por la atención médica de 11 millones de personas. Es decir, uno de cada tres peruanos se atiende en sus hospitales. EsSalud está adscrita al Ministerio de Trabajo, se subvenciona con los aportes de los afiliados y su manejo presupuestal es regulado por el Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial del Estado (Fonafe).

La partida anual que tiene EsSalud es mayor a la de cualquier entidad pública, salvo el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). En el 2019, por ejemplo, el presupuesto de EsSalud ascendió a S/ 12 175 millones. Fiorella Molinelli es la presidenta de EsSalud desde el 6 de marzo del 2018. El mandato de Molinelli era por dos años, pero, el mismo día que debía concluir funciones, se confirmó el primer caso de COVID-19 en el Perú y el presidente Vizcarra decidió ratificarla por un periodo más.
En el Perú todas las adquisiciones o contrataciones públicas deben pasar por una licitación o selección. Esa es la forma de asegurar que el Estado pague el mejor precio por un producto o servicio de calidad. La Ley de Contrataciones, sin embargo, en su artículo 100 estipula doce motivos para poder contratar directamente: cuando hay un solo proveedor, el servicio lo da otra entidad pública o en situaciones de emergencia nacional, como son las catástrofes naturales, guerras y crisis sanitarias.

Ese último candado fue el que se abrió con los decretos dados por la gestión de Vizcarra. La ley también permite que, bajo la modalidad de contratación directa, los funcionarios responsables puedan regularizar los papeles ante el Organismo Supervisor de Contrataciones del Estado (OSCE) hasta diez días después de firmado el contrato. Con el Decreto de Urgencia 025, el Gobierno extendió ese plazo para regularizar papeles ante el OSCE hasta 30 días después de desembolsado el dinero.

“La contratación directa es un mecanismo que se utiliza cuando una entidad facultada necesita bienes o servicios de manera urgente. Te permite contratar en un día porque lo utilizarán todo sí o sí en ese momento. Es un mecanismo excepcional, porque se sacrifica una pluralidad de postores, para que la compra se haga inmediata y por invitación. Hacer una compra por contratación directa, no exime de que la empresa contratada, por el monto del acuerdo, entregue carta fianza”, comenta Cecilia Ruiz, abogada experta en contrataciones públicas.
Pese a tener autonomía presupuestal y a que sus fondos se obtienen de los aportes de sus asegurados, a lo largo del año pasado el Gobierno subvencionó a EsSalud por un total de S/ 350 millones. La primera entrega, de 200 millones, se hizo el mismo día en que se declaró el Estado de Emergencia: el 15 de marzo del 2020. Y en EsSalud lo primero que hicieron con el dinero no fue comprar equipos de protección médico ni montar un hospital temporal, sino lanzar una campaña publicitaria.

“Juntos por el coronavirus” fue la tanda comercial que EsSalud, bajo el paraguas de la contratación directa, colocó en cuatro canales de televisión: Latina, América, Panamericana y ATV. La contratación se dio el 8 de abril y el desembolso ascendió a S/ 463 401. Este contrato fue dado por la Gerencia de Logística, pero la mayoría de las 576 contrataciones directas que EsSalud hizo durante la pandemia fueron dadas por otro órgano: la Central de Abastecimientos de Bienes Estratégicos (Ceabe), que desde julio pasado tiene el puesto de su gerente vacante.

Tener gerencias o direcciones con funcionarios encargados y no nombrados es algo característico de la gestión de Molinelli en EsSalud. Durante los primeros nueve meses de pandemia, 24 de los 56 puestos más importantes del Seguro Social fueron encargaturas. En la era Molinelli también es común que en puestos claves se nombre a personas con investigaciones en el Ministerio Público. Alfredo Barredo es el gerente general del Seguro Social y afronta once investigaciones fiscales, algunas denunciadas por la propia Procuraduría de EsSalud.

Todas las contrataciones directas hechas, según manda la ley, deben ser aprobadas por la titular de la institución. La firma de Fiorella Molinelli dando el visto bueno aparece en cada una de las 576 contrataciones directas hechas por EsSalud en el marco de la pandemia. EL FOCO solicitó una entrevista con ella u otro vocero de EsSalud, pero nunca fue aceptada. Este informe especial fue elaborado, por lo tanto, sin la participación del EsSalud. El resultado de la investigación: cinco historias de mal uso de los recursos públicos en el Seguro Social de todos peruanos.