Los nuevos bebedores
En el reciente Orkoberfast o Festival dela Cerveza, achispado, macerado y etílico evento realizado en la bebedora Alemania, se zamparon algo así como siete millones de litros del espumoso, amargo, estimulante, diurético y codiciado licor. En apenas dos semanas, como si el mundo se fuera a acabar. La celebración de la cebaba y el lúpulo fue empañada por la violación de aquello de beber en exceso es dañino y no faltaron energúmenos que fomentaron altercados, rupturas de vasos y botellas y peleas cuerpo a cuerpo. Lo que demuestra que tomar cerveza no es necesariamente beber salud.
En el Perú de tantas ebriedades, país de buenas gargantas y codos empinados, extrañamente no se celebra ningún festival cervecero. El llamado Día dela Amistades una velada celebración de ese licor. Pero ya es muy tarde para implementar un feriado en honor de ese licor inventado por la diosa sumeria Ninkasi. Pues ocho de cada diez estudiantes nacionales beben sus aguas como si fueran adultos, hombres de pelo en pecho. Los que son ahora el futuro de esta patria del pisco sour, del vino iqueño, del ron de caña, del trago corto y largo, chupan a la par que acuden a clases, dan sus exámenes, recogen sus libretas, pasan de año.
Es decir, en colegios y universidades, el licor se ha convertido en parte importante en la vida de los estudiantes peruanos. Ello es un drama. Enla Amazoníala tendencia a confundir el estudio con la chupandanga sigue el promedio nacional. Beber y estudiar es una moda moderna. El Orkoberfast local, boscoso, fluvial, que no desdeña el chuchurrín, no requiere de octubres para que deje correr sus brindis desaforados y sus broncas cantineras. Y en los colegios y universidades orientales. Nuestros estudiantes están como los adultos: buenos en lo malo. Finos con los vasos y cero balas en buenas notas, en trabajos de investigación. Y menos cero en comprensión de lectura. ¿Eso celebran cada vez que beben los estudiantes?