[et_pb_section fb_built=»1″ _builder_version=»3.20.2″][et_pb_row _builder_version=»3.20.2″][et_pb_column type=»4_4″ _builder_version=»3.20.2″][et_pb_image max_width=»73%» src=»https://proycontra.com.pe/wp-content/uploads/2019/05/1108-Small-4.jpg» _builder_version=»3.20.2″ module_alignment=»center»][/et_pb_image][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=»3.20.2″][et_pb_column type=»4_4″ _builder_version=»3.20.2″][et_pb_text _builder_version=»3.20.2″]

SACARÁN MADERA EN TREN

ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel

Twiter: @JaiVasVal

Facebook: https://www.facebook.com/JaiVasVal

Un grupo empresarial como DyC ha decidido ingresar a la región Ucayali con un proyecto forestal y de agroindustria que tendrá hasta tren de transporte. Para ello tendrán facilidades que son normales en procesos de este tipo. Un consultor chileno cuando se enteró del proyecto dijo que “están sentados en un banco de oro”. Así, parece que ya comienza a caminar mientras en Loreto estamos echados en varias hamacas sin movernos.

Chile, que no tiene una extensión territorial como la nuestra, exporta más productos forestales que Perú. El país sureño vende un total de 6 mil millones de dólares anuales mientras que Perú apenas alcanza los 128 millones de dólares. Es decir, tenemos un enorme potencial que requiere de una fuerte inversión y un trabajo de reforestación que, al parecer, el grupo DyC está dispuesto a realizarlo.

“De la tragedia de la deforestación, podemos hacer una oportunidad”, es la reflexión que hace Samuel Edwars Dyer Ampudia en un amplio reportaje en el diario “El Comercio” sobre la vocación económica, social y ambiental del último negocio en el que ha incursionado el grupo DyC del que es Presidente del Directorio. En realidad la idea de Dyer Ampudia es regresar a la Amazonía con la intención de explotar el potencial maderero y ampliar el negocio agroalimentario.

Detengámonos en el negocio forestal. Tenemos que mirar a la región Ucayali, no Loreto como se podría pensar. Reforestadora Inca (REFINCA) es una empresa subsidiaria del grupo y fue fundada en Pucallpa el 2012 con la que posee 20 mil hectáreas propias, de las que 1,100 están con eucalipto. El proyecto de negocio, por lo menos a los loretanos, nos tiene que provocar envidia, de la sana. No ponernos como el perro del hortelano o en modo de la zorra con las uvas. Se piensa construir un parque industrial con una inversión de 500 millones de dólares en una década. Además está prevista la construcción -agárrense paisanos loretanos- de un tren para transportar la madera a la Costa.

Según el informe elaborado por la periodista Manuela Zurita, el consultor encargado del proyecto, Jorge Correa, quien tiene más de 35 años en la industria repitió esta frase pronunciada por el consultor chileno que contrató para estudiar la viabilidad de la idea: “están sentados en un banco de oro”. Es que el potencial forestal de la Amazonía es tan inmenso como su propia geografía. Chile, que no tiene una extensión territorial como la nuestra, exporta más productos forestales que Perú. El país sureño vende un total de 6 mil millones de dólares anuales mientras que Perú apenas alcanza los 128 millones de dólares. Es decir, tenemos un enorme potencial que requiere de una fuerte inversión y un trabajo de reforestación que, al parecer, el grupo DyC está dispuesto a realizarlo.

Por eso el mismo Dyer Ampudia asumió un rol promotor a través del grupo empresarial Pro-Ucayali “desde el que apuestan por la creación de un marco jurídico con incentivos de largo plazo, similar al agroindustrial, y garantías ante las actividades ilícitas”, según precisa el informe periodístico. De igual forma buscan ganar los avales necesarios para el desarrollo del tren. Ya el Vicepresidente de la Asociación de Exportadores, Erik Fisher, dijo que la presencia del grupo DyC impulsando este tema forestal debería ser el detonante “para promover un modelo técnico”. De la misma idea es Fernando Cillóniz, presidente de Inform@cción, pues afirma que “lo mejor que le puede pasar al país es que Camposol incursione en el sector forestal”. Camposol es un holding líder global en producción y exportación de palta y arándanos. Así que eso puede trasladarse a la madera. Las fichas están lanzadas y es bueno saber por qué el grupo vuelve a la Amazonía.

Tienen un nombre ganado como grupo en la pesca y el agro. Pero desde sus inicios han estado ligados a la Amazonía, a la selva, a la madre tierra. El gestor de todo, Samuel Dyer Saldívar, hacía la ruta en camión entre Huánuco y Pucallpa y él le acompañaba. Por eso cuando ya está por retirarse ha convencido a sus hijos que “regresen a forestar”. El mismo informe de Zurita señala que el profesor de la PUCP, Francisco Durand, estudió al grupo empresarial y se nota que se han preparado para la sucesión, pues negocios como los de ellos no duran muchas generaciones. El punto de quiebre, dice Durand, se notó en los dos años posteriores al secuestro que sufrió Dyer Ampudia en 1992, cuando fue acusado de defraudación tributaria y llevado por agentes del Servicio de Inteligencia Nacional dirigido por Vladimiro Montesinos. Escapó de ese encierro porque él sabía que no era más que un intento de extorsión y por eso emigró al negocio de la pesca, dejando el rubro ferretero y de importación de materiales de construcción. Pronto se convirtieron en los líderes de la harina de pescado, tanto en producción como exportación. Aunque el mismo estudioso advierte que por esos años era una práctica común declarar menos pesca en el desembarque y así se explica el crecimiento. Sin embargo, con ganancias sostenidas, no dudaron en vender el negocio al gigante China Fishery Group por 806 millones de dólares.

Así que los pucallpinos tendrán en su territorio no sólo a un grupo económicamente poderoso sino que muestra éxitos en los campos donde ha intervenido. Aparte que se han preparado para la sucesión de liderazgo en un país donde muy pocas empresas familiares llegan a la tercera generación, como sostiene Eduardo Rivero, profesor de la Universidad del Pacífico. Se han preparado para esta sucesión con tanta anticipación y profesionalismo que hasta han establecido protocolos para que todo sea ordenado, como debe ser. Por eso el mismo Samuel Dyer Ampudia dice que sus 11 nietos de alguna forma están preparados para la sucesión y será uno de ellos quien en los próximos años de la mano de Samuel Dyer Coriat, que le sigue en la línea de sucesión, se encargue tal vez de trasladar los productos forestales y agroindustriales desde “la tierra colorada” hasta la Costa mientras los loretanos nos quedemos verdes de envidia, sana por supuesto. Veremos cómo el tren de la historia no tiene paradero en la región y la economía loretana sigue paralizada.

[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section]