La Marcha Nacional convocada por la Generación Z se replicó este miércoles 15 de octubre en Ayacucho, congregando a una amplia diversidad de actores sociales: sindicatos, gremios magisteriales, asociaciones de víctimas, colectivos juveniles y organizaciones civiles. Desde las tres de la tarde, hora fijada para la movilización, la ciudad fue escenario de una multitudinaria jornada de protesta que evidenció la confluencia —y a la vez las diferencias— entre los reclamos históricos de la sociedad civil organizada y las nuevas demandas impulsadas por los jóvenes. Dos columnas se desplazaron por las principales calles de Huamanga. La primera partió desde la Casa del Maestro, en el jirón 2 de Mayo, encabezada por el Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho (FREDEPA), acompañada por delegaciones del SUTEP, la FENATEP y distintas asociaciones sociales. En su avance, los manifestantes portaban banderolas de sus gremios y pancartas con mensajes de rechazo al gobierno del presidente José Jerí Oré, a quien acusan de dar continuidad al régimen de Dina Boluarte. Entre las principales consignas se leían llamados a una Asamblea Constituyente, justicia para las víctimas de las protestas de 2022 y 2023, aumento del presupuesto educativo y cárcel para la exmandataria. La segunda columna partió desde la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga (UNSCH), integrada por estudiantes universitarios, de institutos, colectivos juveniles y representantes de la Asociación de Familiares de Asesinados de Huamanga (ASFAH). Su recorrido estuvo marcado por cánticos y arengas que reflejaban la desconfianza de la juventud hacia las instituciones políticas. Frases como “Que se vayan todos” y “Este gobierno no nos representa” se escuchaban a lo largo de la marcha, expresando un fuerte rechazo al Congreso, a los partidos tradicionales y al actual Ejecutivo, al que consideran carente de legitimidad. Aunque la convocatoria reunía a todos bajo un mismo lema, las rutas y formas de expresión marcaron diferencias. Mientras los gremios y sindicatos priorizaron reivindicaciones vinculadas a la justicia social, el derecho a la educación y la defensa de los trabajadores, los jóvenes colocaron en el centro del debate la renovación política y la necesidad de reconstruir la representación ciudadana. Sin embargo, ambos sectores coincidieron en su rechazo al gobierno de José Jerí, a quien acusan de haber promovido leyes que benefician al crimen organizado, además de haber respaldado el archivo de la investigación a Dina Boluarte por las muertes registradas durante las protestas nacionales.
BLOQUE DE LA SOCIEDAD CIVIL ORGANIZADA:
Desde la Casa del Maestro, la columna principal avanzó con paso firme por las calles del centro histórico. El FREDEPA encabezó la movilización y destacó el protagonismo juvenil, al que calificó como “una nueva fuerza política y social que comienza a marcar oposición al régimen de turno”. Para los dirigentes, la marcha simbolizó un momento de unidad frente a un contexto de crisis e ilegitimidad gubernamental. El presidente del FREDEPA, John Lapa Oré, sostuvo que la jornada de lucha “responde a una crisis política que no se ha resuelto con el cambio de presidente”, advirtiendo que “existe un pacto entre los mismos grupos de poder que hoy controlan el Congreso y el Ejecutivo”. Detalló que su plataforma de lucha propone la convocatoria a una Asamblea Constituyente, reformas económicas orientadas a reactivar la industrialización nacional y la recuperación de derechos sociales debilitados por las políticas neoliberales. Asimismo, exigió la creación de una comisión de la verdad que investigue las responsabilidades en las más de 80 muertes que —según el conteo del Frente— dejaron las protestas de 2022 y 2023. Los gremios magisteriales, entre ellos el SUTEP y la FENATEP, se sumaron con sus bases regionales exigiendo el aumento del presupuesto educativo al 6% del PBI, el respeto a la estabilidad laboral docente y una reforma integral del sistema de pensiones. Sus dirigentes criticaron al gobierno de José Jerí por “mantener un silencio cómplice” frente a las demandas sociales y por su cercanía con congresistas que buscan impunidad ante las investigaciones judiciales. “Este gobierno no tiene legitimidad ni respaldo popular; solo protege los intereses del Congreso y de los grupos de poder”, manifestó un dirigente del magisterio. No obstante, entre los asistentes también surgieron voces críticas hacia los jóvenes. Algunos dirigentes consideraron que su incorporación a las marchas “ha tardado demasiado”, aunque reconocieron que su participación marca un punto de inflexión en medio de una coyuntura nacional marcada por la corrupción, el incremento de la criminalidad y la desconfianza ciudadana hacia la clase política. Para muchos, la unión intergeneracional que se evidenció en la marcha representa un nuevo ciclo de movilización social en Ayacucho, donde las demandas siguen vigentes pese al desgaste institucional.
BLOQUE DE LOS JÓVENES UNIVERSITARIOS:
Desde los exteriores de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga (Unsch) partieron dos bloques principales que protagonizaron la movilización, liderada por la Asociación de Familiares de Asesinados y Heridos del 15 de diciembre de Ayacucho (ASFAH), seguida de la Federación Universitaria San Cristóbal de Huamanga (FUSCH), que marcharon juntos en defensa de la educación, la justicia y la vida. La marcha partió con decenas de estudiantes que se reunieron portando banderas, pancartas y mensajes alusivos a la defensa de los derechos ciudadanos. En la víspera, el presidente de la Fusch, Yerson Oseda de La Cruz, expresó que el país vive “una profunda crisis moral y política”, con “un Congreso sin legitimidad, un gobierno indiferente y una economía que excluye a las mayorías”. Durante la marcha, los universitarios reafirmaron su compromiso con la educación pública, la autonomía universitaria y la búsqueda de una nueva Constitución con participación popular. “Como estudiantes y como hijos del pueblo, tenemos el deber de movilizarnos por un cambio real”, señaló el dirigente en su mensaje previo. Entre los puntos centrales del pliego de reclamos de la Fusch figuraron la defensa de la autonomía universitaria, la necesidad de una reforma política profunda y el rechazo a las políticas que, según el gremio estudiantil, han precarizado la educación pública y los derechos sociales. Por su parte, la presencia de la Asfah, colectivo que representa a las víctimas y sobrevivientes de la represión ocurrida en Ayacucho en 2022, reforzó el carácter simbólico de la jornada, al recordar que la búsqueda de justicia sigue pendiente. Yovana Mendoza, presidenta de la Asfah dirigió un mensaje firme hacia quienes, “denigraron la memoria de las víctimas”. Sostuvo que los familiares exigen justicia, reparación integral y sanción para los responsables de las muertes registradas en las protestas de diciembre de 2022. “Nuestros familiares eran personas íntegras, sin antecedentes, y fueron asesinadas injustamente”, afirmó, al recordar que más de 50 personas murieron en distintas regiones del país durante las manifestaciones. Pese a las diferencias en sus formas y discursos, la coincidencia en el descontento político marcó el tono general de la jornada. A lo largo del recorrido, las pancartas y consignas apuntaron a un mismo objetivo: expresar el rechazo a la continuidad de un sistema político que reproduce la desigualdad, la impunidad y la falta de representación ciudadana. Los bloques universitario y de familiares de víctimas se unieron en un solo frente, avanzando juntos por las principales calles del centro histórico, acompañados por organizaciones sociales, gremios y colectivos ciudadanos. Las voces se mezclaron en un mismo clamor por justicia y transformación. Aunque se desplegó un contingente policial en los alrededores, la movilización se desarrolló sin incidentes graves y en un ambiente de firmeza y calma.
> El FREDEPA y el SUTEP calificaron la movilización como el inicio de una nueva etapa de articulación entre generaciones para exigir cambios políticos y sociales. |
> Ningún gremio, organización civil, ni los grupos estudiantiles expresó respaldo al gobierno de José Jerí. |
Bloque Cultural: Artistas fajardinos se sumaron a la jornada con cantos y expresiones populares
Durante la movilización, la presencia cultural también tuvo un papel destacado. Un grupo de artistas de la provincia de Víctor Fajardo se hizo presente en la marcha con cánticos, tambores y consignas alusivas al pliego de reclamos sociales y políticos que acompañaron la jornada. Con quenas, guitarras y versos improvisados, los intérpretes convirtieron el recorrido en una expresión colectiva de identidad y protesta. Los artistas remarcaron que su participación buscó reafirmar el vínculo entre el arte popular y las luchas sociales, recordando que la música y la poesía siempre han sido instrumentos de resistencia. “El arte también denuncia y acompaña al pueblo”, señalaron algunos de ellos al cierre de la movilización, donde entonaron temas alusivos a la dignidad, la justicia y la memoria de las víctimas del 15 de diciembre.
Por: Imasumacc Vargas Andrea Espinoza Aguilar
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