Los cuervos
En el caso de las víctimas por la violencia terrorista éstas no deben quedar desamparadas, es un axioma a cumplir por quienes detentan el poder. En Perú el proceso de reparaciones es lento y moroso a pesar que el actual jefe de estado manifestó la promesa que daría agilidad pero hasta hoy sufren las consecuencias. En estos procesos las víctimas deben tener cobijo, muchas de ellas son vidas cercenadas por una bomba o un disparo. Un guardia civil o un soldado en una silla de ruedas por la metralla de los terroristas o personas cuyo familiar desapareció o fue muerto por un agente del Estado, hay muchos casos. La justicia no debe taparse los ojos. Aquí en España las víctimas de estas agresiones terroristas han tomado un protagonismo inusual, muchas de sus protestas están muy contaminadas o envenenadas políticamente, tienen una dirección o un cauce no necesariamente de interés común. Están de acuerdo con una determinada tendencia política y con quienes son opuestos a ellos en alianza con el partido conservador salen a las calles a protestar, recuerdo que un manifestante vociferaba, Zapatero embustero, Zapatero dimisión, lo voceaba a todo pulmón. Hoy estas protestas le han caído al gobierno como un zurriagazo en plena cara, como diría Sheldon Cooper, personaje de la seria Big Bang Theory, “zas en toda la boca”. Sí, por la anulación de la doctrina Parot y el gobierno mira impotente como los presos de ETA y delincuentes comunes están saliendo de la cárcel por una mala interpretación del Código Penal de entonces. Se tiene que comer toda su ira tóxica. No sabe que contestar. Unas veces echa la culpa al gobierno anterior y otras se calla. Si esta misma situación se hubiera vivido con un gobierno de otra tendencia política tendríamos los gruñidos y bramidos de la derecha conservadora en cada esquina. Atizan el ambiente de ira que mete miedo. Hoy no saben que decir. Se resignan y silencian aturdidos. Moraleja: No críes cuervos que te comerán los ojos, dice un viejo adagio.