Durante la época del Boom del Caucho, el comercio era la actividad más importante de nuestra ciudad desde fines del siglo XIX, y este se encontraba monopolizado por las grandes casas comerciales; es decir, por aquellas compañías dedicadas al comercio internacional (importación y exportación). Si bien es cierto en un comienzo existieron comerciantes portugueses importantes como Manuel Rocha y Joaquin Antúnez de Brito; y otros provenientes de Tarapoto como los hermanos Luis Felipe Morey Arias y Adolfo Morey Arias. Sobre el primer grupo, los comerciantes luso-brasileños, debo precisar que fueron los primeros extranjeros que se establecieron en la región. Igualmente que el caso de los peruanos, al principio se dedicaron al comercio de la exportación de sombreros de Panamá para después pasar a la economía del caucho, sea como comerciantes o como extractores. En términos generales, existe poca información acerca de las actividades del grupo extranjero, hecho que sugiere que tuvo una importancia menor en la comunidad comercial loretana.
Existió un tercer grupo de comerciantes, los de origen judío – europeo, que se ubicaron rápidamente a la cabeza de la comunidad mercantil de la región Loreto. Sobre este último grupo de empresarios es posible identificar dos orígenes distintos : los judíos de origen de Europa central u oriental que eran alemanes, franceses y polacos (mayormente judíos Ashkenazi), y los Judíos de origen de la península ibérica y del mediterráneo (sefarditas). Los judíos Ashkenazi eran los que poseían las casas comerciales más poderosas y versátiles de Iquitos. Destaca en este grupo Charles Mourraille, Wesche & CIA., Kahn & Pollack, Kahn & CIA., y Marius & Levy, que eran las casas comerciales de propiedad extranjera más importantes hacia finales del siglo XIX. Luego vendrían los Abramovich, Hirsh, Weisselberger, etc.
Con respecto a los Judíos Sefardíes del mediterráneo llegaron a formar un grupo de comerciantes bastantes sólidos. La mayor parte vino de Marruecos español (Tetuán y Ceuta), del Marruecos francés (Casablanca), de Tánger, Malta y Turquía. Destacando en este grupo Toledano & Delmar, Pinto hermanos, Nahon & Gabay, Abensur & Co., Israel & CIA., Bentes & Cohen. Luego vendrían los Bensimón, Delmar, Bendayán, etc. Lo que jugó un papel importante para el desarrollo de la colonia judía en Loreto, fue la existencia de un perjuicio y antisemitismo en el comercio de Manaos y Pará (Brasil), dominados por europeos británicos. Sin embargo estas familias judías en Iquitos pudieron progresar y alcanzar posiciones importantes, fueron fundadores de la Cámara de Comercio y muchos de ellos convivieron y se casaron con mujeres loretanas y dejaron una numerosa descendencia en la región.
De lo que no cabe duda es que los judíos, siendo una minoría, no sólo se han destacado como exitosos empresarios sino como brillantes científicos, artistas, filósofos, economistas, políticos, escritores, entre otras ramas del conocimiento, sin contar al judío más influyente de toda la historia y del cual seguimos hablando hoy: Jesús de Nazaret, fundamento de nuestra fe Cristiana. La Torah, es decir, Lo que los cristianos conocemos como los primeros cinco libros de la Biblia y el Talmud un libro que reúne una serie de discusiones rabínicas que podríamos decir son la interpretación abierta de la primera, son base del pensamiento y educación judíos, de los cuales se desprenden muchos de sus comportamientos a la hora de manejar sus finanzas. Por eso considero importante resaltar cómo un grupo étnico ha logrado tanto en tan diversos lugares y economías y esto se debe a que el éxito judío radica simplemente en la conexión profunda de su doctrina teológica y cómo se aplican en todas las áreas de la vida, entre ellas el hacer negocios.
El judaísmo comienza con el patriarca Abraham y su visión del monoteísmo (creencia de la existencia de un solo Dios). Tiempo después, Moisés recibe la ley de Dios en el Monte Sinaí y, desde ese momento, no basta creer en Dios, hay que seguir una conducta que sea compatible con su voluntad. Abraham fue el padre de Ismael e Isaac, considerándose según la tradición bíblica ser el fundador del judaísmo. Jacob, hijo de Isaac y nieto de Abraham, tuvo doce hijos que fundaron las doce tribus de Israel. El pueblo judío se considera descendiente de Judá y Benjamín, ambos bisnietos de Abraham. El Dios que veneran las religiones Cristiana, Musulmana y Judía; se considera el mismo Dios de Abraham. Por eso se las conoce como las 3 religiones Abrahamicas. Es importante resaltar que solo aquella persona que nace de un vientre judío es judío. Por eso, los hijos de un hombre judío y una mujer no creyente no son considerados judíos.
Las divisiones étnicas judías hacen referencia a las distintas comunidades judías del mundo que pueden distinguirse dentro del pueblo judío. Como el judaísmo es a la vez una cultura y una religión, no todas las comunidades judías comparten idénticas costumbres culturales, religiosas, culinarias, lingüísticas, etc. Unas y otras se distinguen por pequeñas diferencias locales (vestido, comida, etc.), y en algunas pocas formas de interpretar algunos preceptos (por ejemplo, los rezos). También se aprecian las diferencias en el modo de vocalizar el hebreo. Hay más de 71 tipos étnicos identificados diferentes entre los Judíos. Los principales grupos dentro del pueblo judío moderno son dos: los asquenazies cuya típica lengua es el “yidish”, los sefardies cuya típica lengua es el ladino y en menor medida los mizrajies cuya lengua es en muchas ocasiones el árabe. Estas lenguas son además del hebreo, la lengua principal para sus rezos, escritura y lectura del pueblo judío. En el caso de este articulo nos atañe las dos primeras referidas.
Ashkenaz es el nombre dado por Alemania a los judíos y asquenazí (alemán), es el nombre que recibían originalmente los judíos de Alemania. Se usó luego en ocasiones para describir erróneamente a los judíos provenientes de Europa de modo general. Su idioma es el yidish, que es una lengua germánica con influencia hebrea y eslava. Habitaron principalmente en Alemania, Polonia, Ucrania y Rusia. No suelen ser asquenazíes los que tienen raíces en los siguientes países de Europa: la península ibérica, y regiones de Italia, Grecia, Turquía, Balcanes y Francia (excepto en las provincias de Alsacia y Lorena, zonas cercanas a Alemania en general, y del norte y este de Francia). Sefardíes es el nombre hebreo para lo que conocemos como España. Sefaradí quiere decir «español» en hebreo clásico y es la palabra para designar a los judíos de España y Portugal. Hicieron grandes contribuciones a la cultura hispana, pero fueron expulsados por motivos religiosos de la península en el año de 1492. A los descendientes de estos judíos se les siguió llamando sefardíes, sefaraditas o sefarditas, sin importar en que parte del mundo hayan nacido. Su idioma es el judeoespañol, que fue, al principio, un dialecto del castellano, pero evolucionó de forma diferente del castellano estándar.
Hablar de la época del caucho en nuestra ciudad, también es hablar de los judíos sefarditas que formaron en ese entonces un colectivo numeroso, que tuvo una indiscutible relevancia en el pasado de nuestra región. La historia del esplendor económico durante los años dorados del caucho de Iquitos, no puede entenderse prescindiendo de situar a los judíos en un primer término. Ahora, se sabe que los judíos sefarditas formaban un grupo de nada menos cientos de personas que migraron a nuestra Amazonía. En la actualidad los descendientes de esas familias se asientan mayoritariamente en Israel, y constituyen un fenómeno único, porque no importa el lugar en el que se encuentren; es gente que habla un ladino (castellano medieval) perfecto y que mantiene sus costumbres, tradiciones y hasta refranes, porque se los han transmitido por vía oral de generación en generación, aunque no hayan pisado España o algún país de América latina. Y esto se debe a que desarrollaron un fuerte vínculo de añoranza y afecto hacia “Sefarad” (término que la tradición identifica a España). Es por eso que el término sefardí, es utilizado para referirse a los descendientes de los judíos expulsados de la Península Ibérica a finales de la Edad Media.
En los comercios de nuestra “Isla Bonita” a finales del siglo XIX y principios del XX, era común escuchar “Shalom shalom, ¿manishma, gadolot anaja, matana?”, así se dirigía, Don Kalman Abramovich a uno de sus clientes Iquiteños. Las frases en hebreo significan: “Hola, ¿cómo está?, ¿qué está buscando?, ¿quiere algún regalo?, le vamos a hacer descuento”. Hablar de la colonia judía, es hablar de quienes tienen antiguas costumbres o supersticiones, extraídas de las creencias cabalísticas hebreas, que siguen teniendo vigencia en el mundo de hoy, y fueron adoptadas en Loreto, especialmente en Iquitos en la época dorada del caucho como parte de la carga ancestral y genética, que se deriva de la «culturas sefardita y asquenazi”; que practicaban los judíos europeos, establecidos en la «Isla Bonita». Existe abundante registros documentados sobre la llegada de la colonia judía a Iquitos. El primer judío en llegar a nuestra tierra fue de apellido Cazes, que llegó a armar una protesta contra los excesivos impuestos de Lima.
Se dice que los negociadores israelitas son los mejores informados del mundo. No intente darles información desviada, la descubrirían a la primera. Tienen un olfato envidiable para los negocios, «Mejor que Perro Bóxer»; además de poseer una idea clara de lo que es el beneficio, productividad o rentabilidad. En la «Isla Bonita» se dedicaron a temas principalmente comerciales, actuando como mayoristas y distribuidores que importaban directamente de Europa. Todo buen judío, dice que el éxito en los negocios es un regalo de Dios; «Todo judío debe esforzarse por llegar a ser tan grande como Moshé»,(Maimónides, Leyes de Teshuvá 5:2). Obviamente no todos nacen con la inteligencia, el carácter y las cualidades de liderazgo de Moshé, (por si a caso para el que no sepa – es el redentor del pueblo judío)…»Si haces el esfuerzo, encontrarás resultados» (Talmud, Meguilá 6b)…El pueblo judío es llamado «los hijos de Dios» (Deuteronomio 14:1, Pirkei Avot 3:18). Tal como un padre quiere dar todo lo bueno a sus hijos, así también «Dios» quiere que los judíos tengan todo lo que es bueno. Aquí radica el verdadero secreto del éxito en los negocios de los judíos; Independientemente a sus lógicas limitaciones como comunes mortales, creen que su potencial de grandeza es ilimitado cuando tienen el poder de Dios detrás de ellos. Y eso lo aprendí muy bien de mi abuela paterna, ya que siempre decía : «Todo lo que Dios nos pide es que lo intentemos. No lo decepcionemos».
Ahora les comentaré sobre las principales casas comerciales judías que se asentaron en nuestra ciudad hacia finales del siglo XIX y principios del XX. Empezaré con la historia la «Casa Kahn & Cía.», Propiedad de 3 hermanos judíos, la misma que se observa en una de las viejas fotografías que acompañan este artículo. Una casona casi a orillas del río, en el «Malecón Tarapacá», era un tramo largo de tierra y hierba que corría paralelo al Amazonas. Los rieles del tren era una de las curiosidades y si nos fijamos en el portón de la casa contigua, diremos que es un tallado hermoso, un lujo que se podían dar por esos años y en buena madera. El toldo que luce el negocio que hoy nos ocupa era de esos enjebados que hasta finales de los 70 se podía encontrar en las tiendas de la Ramírez Hurtado. Comenzaron como comerciantes mayoristas, vendiendo de todo para los ríos, mosquitero, telas, (bichi), sempiterno (mezclilla del Jean), carretes de hilos de nailon para las redes de la pesca, anzuelos, arpones, cartuchos, escopetas Winchester, machetes, hachas, vajilla de fierro enlosado, ollas y sartenes.
Kahn & Cía. fue una casa comercial de primer orden fundada en el año 1880 por los hermanos Edmond, Joseph, y Ferdinand Kahn, nacidos en la región francesa de «Alsacia-Lorena» y de ascendencia judía-Alemana, formaron parte de los 19 importantes comerciantes que el año 1890 fundaron «La Cámara de Comercio de Iquitos»; a principios del siglo XX se encontraba entre las cinco principales casas comerciales de Iquitos y controlaba gran parte de las exportaciones del caucho (13%) y en 1904 era el cuarto mayor contribuyente de impuestos de la Región Loreto, y en el año 1910 ya era el tercero. A diferencia de otras compañías de primer rango, esta no diversificó sus actividades, concentrándose mayormente en el comercio de importación/exportación. Esta opción no afectó su futuro. De hecho a diferencia de otras firmas europeas, Kahn & Cía. logró sobrevivir al colapso del «Boom del Caucho», con razón el lema de la empresa decía – Tomen y den prestado en la mañana, porque cualquier manejo de dinero en la noche significa: la bancarrota.
En el año 1908 forman la empresa «Kahn & Polack», asociándose con el ciudadano Alemán Michel Polack (también de ascendencia judía), quien era muy amigo de ellos al haber abierto una sucursal de Kahn & Cía. en Manaos en 1886, a diferencia de la anterior empresa, está si llegó a diversificarse, desempeñando todas las funciones características de las más importantes casas comerciales de Iquitos, que incluían la navegación fluvial y el comercio al por mayor y menor, llegaron a poseer 2 lanchas y un vapor, con una capacidad de carga conjunta de 174 toneladas, aunque el tonelaje de su flota no era desdeñable, la misma estaba por debajo de la de los armadores de la talla de Julio C. Arana, Luis Felipe Morey y José Barcia Boente. Aún así en 1904 «Kahn & Polack» se convirtió en el segundo contribuyente de la región, gracias a que había adquirido unos fundos caucheros en las inmediaciones de los ríos Marañón y Ucayali, sin embargo esta empresa se vino abajo tras el colapso de la economía cauchera. Todo lo contrario ocurrió con la empresa primigenia siguió bajo la dirección de Gerome Cahen (o Kahen), primo de los 3 hermanos Kahn; quien fue nombrado administrador de la empresa en 1913. La casa Kahn & Cía siguió activa en la Región hasta el año 1949. No se sabe si los hermanos Kahn abandonaron la región antes o después de la crisis del Caucho (1918), lo que sí se sabe, sin embargo, es que en algún momento regresaron a Francia llenos de fortuna y constituyeron una casa comercial en París. Después de haber leído esto, ustedes ya se percataron que el dinero se pierde, se gana y se termina rápido, cuando no se es judío.
Otra de las familias judías importantes en nuestra historia, son los «Cohen». El Primer Cohen que llegó a la ciudad de Iquitos, fue Don Jaime Cohen, en el año 1896, llevaba el respetado apellido judaico «Cohen» que significa «Sacerdote»; comenzó realizando actividades comerciales de mucho sacrificio, pasado un tiempo se especializó en el giro comercial de «Casa como Importadora de Productos Europeos y Exportadora de Caucho», es así que la Casa Cohen se encuentra situada en la actualidad en la esquina del Jr. Próspero con en la 1ra cuadra de Morona en la «Isla Bonita»; es un edificio de una sola planta, cuyos dos lados de sus fachadas muestran una serie de grandes puertas. Coronadas con arcos de medio punto y los muros están cubiertos con mosaicos con decoraciones de bajo relieve y llamativos colores, se terminó de construir en el año 1905. Hay que anotar que todos los edificios de esa época tuvieron techos de tejas que fueron cambiados por techos de calamina restándoles belleza tradicional. Actualmente «La Casa Cohen» fue declarada Patrimonio de la Nación, está adornada con molduras neoclásicas como las falsas columnetas de la entrada. Este patrimonio ha sufrido pérdida de su prestancia en algunas ocasiones cuando se le colocaron grandes letreros comerciales en su fachada. Hoy funciona en su interior un supermercado muy bien surtido de productos de consumo masivo llamado «Los Portales», que cuenta en su interior con el restaurante «Tayta» que lo hace más agradable, cuando vayan tiene que probar el jugo de fresa, o un rico refresco de cebada, son buenazos.
Volviendo a nuestra historia, hubo un hebreo que destacó nítidamente en los negocios en la primera mitad del siglo pasado. El Sr. Víctor Israel un judio-maltés, de habla inglesa, más conocido como «Pishico Israel», no fue uno de los primeros judios que se establecieron en Iquitos, pero si fue uno de lo más estables; llegó a Iquitos en el año 1900, como empleado de Bentes & Cohen, pero para 1905 formó su propia empresa en sociedad con su hermano Rafael y Carlos Power de nombre «Casa Melita», no obstante sus utilidades crecieron de manera rápida que en el año 1908 formó «Israel & Cía.», y poco después compró una pequeña flota fluvial y se consolidó como una de las principales explotadores del caucho de la zona del río Napo, y llegó a sustituir en importancia a la firma Hebrea «Marius & Levi» en la primera década del siglo XX, pues pasó a ser la que mandaba sus lanchas con mayor frecuencia al río Napo, y figuraba en quinto lugar en la región en valor de exportaciones que enviaban a Europa.
Esta empresa logró sobrevivir a la crisis del caucho (1918) y en los años posteriores se convirtió en uno de los personajes más prominentes de la ciudad, llegando a ser alcalde de Maynas (1918-1919), eso es la mejor prueba que en la Amazonía los judíos no sufrían marginación alguna o de algún modo se tratara de limitar sus poderes económicos, muy por el contrario la comunidad hebrea estaba muy bien representada en la Cámara de Comercio. La firma «Israel & Cía» o La Casa Israel como era conocida comercialmente, estaba ubicada inicialmente en la esquina del Jr. Próspero con Pastaza y luego se trasladó la calle Ramirez Hurtado entre la Putumayo y la Brasil (donde fue tomada esta vieja fotografía), funcionaba como una financiera y habilitaba con capital a los caucheros, madereros, pescadores, agricultores etc, y les vendía armas, municiones, herramientas, velas, Licores, cigarrillos, alimentos, artículos de droguería, tabaco y jabón, aparte de vender las máquinas de coser Singer y los gramófonos de fama mundial marca Víctor, compraba gomas y tagua “a los mejores precios de la plaza”.
Las historias sobre judíos que dejaron familia en Iquitos son diversas. Una llama especialmente la atención. La de René Hirsch, quien luego de permanecer varios años en la Amazonía, regresó a su tierra dejando tres hijos, uno de nombre Raúl de dos años y otros más pequeños, según refiere León Trathemberg en uno de los pocos textos que trata sobre el tema. La madre, Edelvina Casanova, siempre mantuvo las costumbres del padre entre ellos, quienes incluso contaban años más tarde los motivos del regreso de René. La debacle del caucho provocó la quiebra de sus negocios y se marchó por las mismas razones que vino: en busca de mejores condiciones para progresar. El hijo don Oscar Hirsch Casanova, fundo el 28 de Setiembre de 1961 la empresa Corepsa & CIA., desde entonces se ha consolidado como una de las empresa con mayor renombre en la ciudad de Iquitos; como un claro símbolo de la nueva generación de judíos loretanos.
Los judíos que llegaron principalmente por el Amazonas desde el Brasil y se instalaron principalmente en Iquitos, en la época de la fiebre del caucho, allá por los años de 1880, fueron cerca de 250 hombres, buscaban una mejor vida y huían del creciente antisemitismo europeo. Aunque varios abandonaron el pueblo, quienes permanecieron se casaron con mujeres locales y tuvieron hijos mestizos. Muchos, además, se convirtieron en prominentes líderes políticos, económicos y sociales de la creciente ciudad. Para 1909, la comunidad judía de Iquitos se había organizado en la “Sociedad Israelita de Iquitos” e incluso comprando tierras para un cementerio. En la actualidad la presencia de judíos no es tan notoria como en esos tiempos, todavía hay quienes tratan de mantener las costumbres religiosas de los lugares donde partieron sus ascendientes. Así, por estos años, en Iquitos la Sociedad de Beneficencia de Israel tiene una vida activa y cuentan con una pequeña sinagoga.
Para culminar este artículo quisiera resaltar las cualidades judías como la diligencia, el trabajo duro, el ahorro, y la inversión son principios vitales para los judíos. Están convencidos que trabajar diligentemente traerá frutos y que para crecer es vital ahorrar y reinvertir lo ahorrado: Una tercera parte en tierras, otra tercera parte en negocios y una tercera parte en liquidez. Para ellos, trabajar para solo acumular en el banco no tiene sentido, mientras que invertir lo ven como una oportunidad para ayudar con empleo a los demás y servir mejor a Dios. Se dicen que un inmigrante es una persona sin dinero en búsqueda de oportunidades. Ahora imagínense una nación de inmigrantes, pues es una nación de emprendedores y es totalmente cierto. De hecho, con un poco más de 7 millones de habitantes, Sólo Israel tiene más compañías enlistadas en la bolsa de Nueva York – Nasdaq (63 empresas) más que toda Europa.