Los boxeadores municipales
Entonces, dos alcaldes de armas tomar y de rudas maneras, se surtirán de recios guantes, se pondrán protectores bucales, se vestirán con pantalonetas de estilo y otros atavíos pugilísticos y se romperán los forros entre las cuerdas y la lona. No se trata de una broma. Es la pura verdad. La pelea ha concitado el entusiasmo de los partidarios de ambos burgomaestres y cada uno promete el nocaut lo más rápido posible. Los eventuales pugilistas no son alcaldes de estas tierras, seres que bien podrían boxear entre ellos para expulsar los enconos que les torturan y desvelan. Son de la provincia de Santa Fe, Argentina, de Montes de Oca y de Bouquet.
El motivo de las peleas, los alcaldes gauchos se medirán dos veces, como de ida y vuelta, no es conjurar alguna ofensa o dirimir bronca antiguas. Es reunir dinero para ayudar a instituciones sociales. Nada menos. Es decir, al parecer en las arcas ediles de la provincia en mención parece que no hay dinero para ese rubro fundamental. Los peleadores municipales, Leandro Diestschi y Guillermo Conraglia, no pierden el tiempo en gestiones en Buenos Aires o en repetir la famosa frase: “no hay plata”, y salen a buscar la marmaja a golpes y entre las cuerdas. Las peleas pactadas serán en julio de este año.
Entonces los alcaldes amazónicos, que pelean entre ellos hasta por arrebátame unas pajas, deberían tratar de imitar esa inédita fuente de financiamiento a guantazos. En vez de patrocinar los egresos en festividades, celebraciones hueras, fiestas de toda índole; en vez de viajar tanto buscando plata en Lima o en Iquitos, bien podrían armar un campeonato regional de box. O de otro deporte. Tal vez así dejen de perder el tiempo en tantas gestiones. Y, desde luego, probablemente gracias al rudo deporte de los puños dejen de decir como un sonsonete “no hay plata”.