* Ana del Pilar Paredes heredó el oficio de su padre y, con once años de experiencia, sostiene a su madre y a su hijo gracias a su emprendimiento.
En la cuadra 8 de la calle Participación, con intersección en Río Mar, Ana del Pilar Paredes Lozano atiende su emprendimiento dedicado a la venta y fabricación de parrillas. Inspirada en el trabajo de su padre, quien ejerció este oficio hace más de tres décadas, decidió continuar con el legado pese a las dificultades y prejuicios de género. “Mi papá decía que esto era cosa de varones, pero yo le respondía que también podía hacerlo con mis manos”, relató.
Con más de 11 años en el rubro, Ana convirtió su esfuerzo en una fuente de sustento para su madre y su hijo, quien ya culminó estudios técnicos. Sus parrillas, fabricadas en distintos tamaños y materiales, se venden desde 50 soles y son reconocidas por su durabilidad. “Este trabajo no tiene género, lo importante es hacerlo con calidad y constancia”, afirmó. Para ella, emprender es un camino de sacrificio, pero también de libertad y superación.
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