El Ministro de Energía y Minas Eleodoro Mayorga es uno de los próximos a irse. Después del escándalo de los #cornejoleaks: el primero que debió salir disparado de este ministerio es él y es raro que aún lo sostengan. Ayer dio una conferencia de prensa tratando de justificar la sustentación “técnica” de la empresa petrolera Karron Energy Internacional en el expediente técnico del Reglamento de Hidrocarburos que intenta eliminar los Estudio de Impacto Ambiental.
Todo este proceso de evidente lobby es para promover la inversión en desmedro del cuidado ambiental. Es lobby sólo para un lado. Si intentáramos entender las explicaciones de Mayorga, es decir, que son normales estas explicaciones de los sectores implicados en una norma, entonces tendríamos algunas audiencias o invitaciones a comunidades afectadas por los permisos de exploraciones. Al menos para la foto el lobby de pobres, diríamos.
Y es poco probable entender, como lo dijo también la primera ministra Ana Jara, tratando de justificar los primeros hallazgos de este hackeo de correos a René Cornejo, que son todos los ministros que opina en consenso para que una determinada norma salga en Consejo de Ministros. No vamos a encontrar registro del ministro de educación sustentando en contra de este propósito explícito de autorizaciones de exploraciones o menos de un ministro del interior intentado cuestionar el tema. El asunto, en este caso, pasa por Energía y Minas, medio Ambiente y finalmente llega a la PCM y es ahí donde se han encontrado las primeras evidencias de lobby.
Si la cosa quiere ser frenada debería salir Eleodoro Mayorga, que a propósito ya existieron rumores al respecto. Ante una opinión que sigue el caso se presenta como un verdadero promotor de la empresa privada con visos de intereses personales. No va durar mucho éste cuenta gotas de los #cornejoleaks: pues hay varios pedidos formales para conocer públicamente los cientos de correos donde seguramente van a encontrar una caja de pandora entre las conversaciones de quiénes, en teoría, deberían resguardar los intereses de las mayorías.