Locaciones: Encontrándose consigo mismo
Yo era adolescente cuando debo haber visto por primera vez Rumble Fish (o La Ley de la Calle), dirigida por Francis Ford Coppola, en un televisor analógico, por el cable, en Iquitos. La pesqué de casualidad. Había escuchado muy vagamente sobre esta película maldita, que hablaba de chicos malos y una moral desencantada, triste. Cuando terminé de verla, quedé mal. Al día siguiente, en el colegio, solo pensaba en Rusty James, en el Chico de la Motocicleta, en Steve.
Creo que fue en ese momento cuando pensé que quizás algún día podría escribir. Que podría ver no solo películas (sino participar en ellas, hacerlas). Que una historia de pandillas y gente rara podría ser mi historia. Rumble Fish, estrenada en 1983, es la película de Coppola que más me gusta. En rigor, es la que la siento más entrañable y cercana.
Gracias a Alberto Fuguet y Cinépata, los recuerdos y las memorias han vuelto. Locaciones es un ensayo cinéfilo que se nutre del viaje de su director (quien, como muchos, fue tocado alguna vez por el espíritu Rumble Fish) al lugar de grabación de la película – Tulsa, Oklahoma – y a partir de allí, a través del montaje, los testimonios de gente que la vio y conectó intensamente, a través del travelling entre aquellos lugares donde se filmó una obra maestra incomprendida en su momento, se descubre el encuentro de un creador consigo mismo.
Locaciones es un experimento que va entre el documental y el ensayo, pero además, mucho más, es una búsqueda para conectar visualmente sentimientos y sensaciones. Es el testimonio de una peregrinación cinéfila. Pero este ensayo sobre una película al final termina siendo un ensayo sobre la memoria, que se nutre no solo de los recuerdos, sino también de trivia, de la historia, de los referentes fílmicos, literarios, del descubrimiento, del encuentro, del dolor, de la nostalgia y de la redención.
Regreso de ver este trabajo inclasificable (en el buen sentido de la palabra), escuchando una y otra vez Codex de Radiohead, presente como una letanía al mismo tiempo desgarrada, al mismo tiempo salvadora. Y de repente, siento cómo una “película de arte para adolescentes” pudo haber tocado las fibras y sensibilidades adecuadas en algunos miembros de una generación de jóvenes inseguros/frikis/perdidos, futuros creadores.
Locaciones no solo es sobre Rumble Fish. Es también Fuguet buscando/encontrando a Fuguet. Pero, a través de su búsqueda, es también el reencuentro de los cinéfilos, de los jóvenes que la vimos hace mucho tiempo, con nuestras emociones, sueños, miserias del pasado y, claro está, con la propia certeza de nuestro lugar en el mundo actualmente.