Después de diecisiete meses he tenido la oportunidad de permanecer por más de cinco días en Iquitos y daré una impresión rápida de lo que he podido ver, escuchar y leer en los diversos medios de comunicación. Mirada crítica, moderada y a veces iconoclasta que, al fin de cuentas, siempre ha sido la característica de mis escritos ya sea en la página editorial de “El matutino” o en los reportajes inolvidables con los que impregnaba mis inicios en el oficio en el semanario “Kanatari”.

¿Qué ha pasado con la prensa escrita? Desde Kanatari hasta los más recientes se han perdido en la bulla coyuntural que siempre toma partido mediocremente hacia uno u otro lado. El semanario católico está de capa caída desde hace varios años. No tiene un estilo definido, a pesar que Paco Bardales con Fernando Nájar se empeñaron –bajo la mirada atenta, seguramente, de Joaquín GarcíaSánchez- hace un par de años de redactar pomposamente un libro de estilo que no se limitara a la sala de redacción de la publicación de la cuadra tres de la calle Putumayo sino sirviera a todos aquellos que tienen el vicio de escribir. Y en medio de esa mediocridad ilustrada en la que se han convertido sus páginas siempre se nota el bostezo egocéntrico del estudioso sacerdote agustino que sigue creyendo –como lo dijo una noche en la inauguración de uno de los festivales de libros que impulsaba- que solo es cultura todo lo que pasa por su oficina y que las actividades promovidas por los demás no es ni calco ni copia de sus pensamientos sino que solo sirven para menospreciarlos y/o ningunearlos. Y se escribe más sobre este medio porque en los primeros años de su aparición fue una especie de escuelita en la que caían de buena gana todos los que deseaban fajarse en el reporterismo bien escrito bajo la batuta de Julia Ramírez –a propósito: ¿cuánta falta haces en el periodismo viene revisado y corregido?- y la mirada vigilante de Joaquín García, osa.

Sobre “El matutino” hay que ponerle una lápida, por su aporte. Ya no circula más y en su reemplazo apareció una publicación que está lejos de igualarla en fondo aunque en forma tiene las mismas características. La historia de este diario deberían escribirla quienes la vivieron y heredaron la tenacidad empresarial y periodística de don Venancio Perea Bardales, ese profesor antiguo que junto a su descendencia modernizó la impresión de diarios en Iquitos, adelantándose a lo que otros harían muchos años después. “El matutino” ya no está porque no pudo sobrevivir a los avatares de los herederos que prefirieron reemplazarlo cuando lo más lógico, económico y valiente era mantenerlo.

“La Región” sigue igual desde hace muchos años. Con sus éxitos empresariales evidentes y loables y, por añadidura, con su crecimiento físico que se evidencia en los números de páginas que editan y que de alguna forma lo coloca en la vanguardia del diarismo loretano actual. No me gusta su estilo pero lo respeto. No me agrada su diagramación pero valoro el esfuerzo porque hace diecisiete meses que luchaba por mejorar la presentación de este diario y sé lo que se padece. Se ha ganado el derecho a ser el diario oficial y judicial a pesar de los malos espíritus que siempre rondan en torno a ese rubro y eso se reconoce. Me falta espacio, así que continuo en estos días con el tema.

3 COMENTARIOS

  1. Buen escrito, yo tambien leo todos los diarios de la región. Pero no coincido con Jaime en algo. A pesar de todo lo que dice de solo tres medios escritos como Kanatari, del que reemplazó al diario El Matutino, que me parece que es la Edición, y La Región, están muy por sobre aquellos que yhoy en día están en los quioscos, que solo traen sensacionalismo del más puro, del más cruel y asqueroso. Embrutecen a la gente hasta el extremo. No es justo tener ese tipo de prensa escrita. Si los más serios como Kanatari, Pro y Contra, La Edición y La Región tienen sus errores, que se podría decir de esos diarios amarillos que no enseñan abasolutamente nada. Ojala cambie

  2. Buen escrito, yo tambien leo todos los diarios de la región. Pero no coincido con Jaime en algo. A pesar de todo lo que dice de solo tres medios escritos como Kanatari, del que reemplazó al diario El Matutino, que me parece que es la Edición, y La Región, están muy por sobre aquellos que yhoy en día están en los quioscos, que solo traen sensacionalismo del más puro, del más cruel y asqueroso. Embrutecen a la gente hasta el extremo. No es justo tener ese tipo de prensa escrita. Si los más serios como Kanatari, Pro y Contra, La Edición y La Región tienen sus errores, que se podría decir de esos diarios amarillos que no enseñan abasolutamente nada.

  3. Me causa grata impresión leer un comentario, de buena redacción y tan ilustrado, pluma con inteligencia y bien escrita de fácil comprensión y entretenida lectura, no soy loretano pero quiero a esta tierra como si fuera mía y me siento orgulloso del periodismo bien escrito.

    Con mucho aprecio de un paisano de sentimiento

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