Se ha abierto un interesante y necesario debate en función a la supuesta “ideología de género” que han creado colectivos y partidos políticos afines a la Iglesia u obedientes a las decisiones del clero y también del mundo evangélico en nuestro país. Necesario digo porque tal vez sin este debate los padres de familia jamás se hubieran enterado que existe un documento llamado currículo que rige la vida académica y formativa de los alumnos de la escuela pública y privada. Y se hace obligatorio entonces conocer los documentos que, supuestamente, motivan esta ideología.
Es la famosa página 16 del currículo dada por R.M. 281- 2016 que en realidad recoge en gran parte lo que año o cada dos años dictamina el Ministerio de educación como parte natural de sus resoluciones y que sirven para que los maestros orden sistematicen y organicen sus contenidos y competencias. En buena cuenta para que exista una direccionalidad en cuanto a los objetivos que se plantea para la educación. En los denominados Enfoques señala textualmente: “todas las personas, independientemente de su identidad de género, tienen el mismo potencial para aprender y desarrollarse plenamente. La Igualdad de Género se refiere a la igual valoración de los diferentes comportamientos, aspiraciones y necesidades de mujeres y varones.
En una situación de igualdad real, los derechos, deberes y oportunidades de las personas no dependen de su identidad de género, y por lo tanto, todos tienen las mismas condiciones y posibilidades para ejercer sus derechos…. ¿Se lee en algún lugar alguna alusión a la supuesta ideología de género? Tal vez aquello que por lo que se arañan estos colectivos y el tropel que los sigue es por el segundo párrafo de esta misma página del currículo alude a la denominada construcción del género porque textualmente advierte: “si bien aquello que consideramos «femenino» o «masculino» se basa en una diferencia biológica-sexual, estas son nociones que vamos construyendo día a día, en nuestras interacciones.
Si bien las relaciones de género históricamente han perjudicado en mayor medida a las mujeres, también existen dimensiones donde perjudican a los varones. En general, como país, si tenemos desigualdades de género, no podemos hablar de un desarrollo sostenible y democrático pleno. La parte que dice que se va construyendo la noción de femenino o masculino a través de nuestras interacciones que, obviamente implican la madurez psicológica o sociológica claro, advirtiendo que estas diferencias son biológicas ha dado a pie a esta andanada de movilizaciones alarmando que lo que trata este currículo es decir que el estado quiere formar homosexuales.
Evidentemente se trata de una manipulación que en muchos casos apela a la ignorancia de los padres y de una sociedad que de por si no lee estos documentos. Si no lee diarios ni caricaturas, menos lo hará un aburrido y a veces incomprensible documento que emite un grupo de burócratas. La definición de ideología es: “conjunto de ideas que caracterizan a una persona, escuela, colectividad, movimiento cultural, religioso, político”.
Y es evidente que aquí no habido concertación de un estado o gobierno que emite estos currículos con similares características hace décadas. Y cuando hablamos de género la definición universal versa: “Conjunto de personas o cosas que tienen características generales comunes” Y es evidente que en el siglo XXI estas características comunes son biológicas pero también culturales y psicológicas. ¿Cuál es el trasfondo entonces? Creo que hay un poder excesivo sobre los rumbos en las políticas educativas que se han dado en los últimos años a los grupos religiosos con sus imperios económicos de la educación y que cuando se trata de ordenar a través de diferentes normas apelan a la manipulación social con un “cuco” conocido: “Con mis hijos no se metan”. En una sociedad que dice tener como pilar la educación es evidente que se tiene que normar en base a la formación igualitaria y parece que estos grupos lo que quieren en el fondo es acrecentar las diferencias sociales y la discriminación que ha sido reproducida siempre en nuestra educación.
